Reconociendo la enfermedad: Características.
La adicción es una enfermedad primaria, porque posee sus propios síntomas y no es derivada de otro trastorno mental.
Es una enfermedad compulsiva, porque la persona pierde el control sobre los momentos y las cantidades de sustancia que puede consumir, desde que toma la primera dosis. Esto es debido a las alteraciones que se producen en el sistema neuronal.
Es una enfermedad obsesiva, porque el individuo solo tiene una idea fija en su mente: la de cómo sostener y mantener su consumo.
Es una enfermedad crónica, porque el individuo jamás podrá llegar a tener la facultad de ingerir alcohol o cualquier droga de una manera controlada.
Es una enfermedad progresiva, porque la pérdida de control sobre ella va en aumento paulatinamente.
Es una enfermedad delusoria, porque el individuo queda atrapado en un sistema de autoengaño completo, alejado de la realidad y niega absolutamente que la droga sea un verdadero problema.
Es una enfermedad fatal, porque si no es intervenida a tiempo, puede llevar a la muerte.
Reconociendo la enfermedad: Su dinámica
La adicción es una enfermedad, como la diabetes o el cáncer. Puede desarrollarse muy rápidamente, o bien de manera muy lenta y progresiva.
Puede aparecer en cualquier etapa de la vida, desde la niñez, hasta la vejez. Habrá consumidores casuales, sociales y hasta excesivos o abusadores, que tendrán la suerte de poder dejar de usar la droga cuando quieran. El adicto, por otra parte, siempre va a necesitar ayuda. Adicto es, pues el que tiene la enfermedad de la adicción.
Única solución: Nacer de nuevo
El resultado de los repetidos fracasos en el tratamiento de la adicción, hizo al cabo que los mismos enfermos empezaran a buscar sus propias respuestas y se convirtieran en sus propios guías espirituales, sus propios psicólogos y sus propios médicos.
Los primeros en tener éxito en la recuperación de alcohólicos y adictos, fueron los grupos de auto ayuda de alcohólicos anónimos.
Estos grupos combinaron el conocimiento de medicina, psicología y teología de tal forma, que desarrollaron un programa de sobriedad y crecimiento humano muy completo y eficaz. El proceso los conllevaba a revalorizarse y a lograr un despertar espiritual, que lograba que se estrecharan de nuevo sus lazos con Dios y con sus familiares.
Biología de la enfermedad
Las alteraciones químicas en el cerebro, le impiden al adicto su funcionamiento normal.
El cerebro necesita la droga para recuperar su equilibrio. El adicto necesita la droga para reemplazar sus sustancias químicas naturales.
De la misma forma en que se comportaría el organismo cuando tiene sed o hambre al faltarle el agua o el alimento necesario, así se comporta el cerebro del adicto con respecto a la droga.
El centro instintivo del cerebro es el que le avisa al adicto que necesita la sustancia con la que ha establecido una dependencia. Así surge el afán del adicto por satisfacer su deseo tan fuerte. De modo que el deseo de consumir droga es un mensaje urgente de supervivencia para el adicto (consume o muere).
Al adicto se le reconoce porque manifiesta una compulsión física por consumir la sustancia, es decir, que nadie puede prever ni predecir si esta persona actuará de acuerdo con sus principios o si la compulsión se apoderará de su cuerpo y no podrá detenerse.
El adicto no controla la droga. Es la droga la que controla al adicto. La droga altera el funcionamiento sistema nervioso central y produce cambios en los estados de ánimo y en el comportamiento normal de la persona.
Ninguna droga puede hacerse psicológicamente atractiva, sin que hayan ocurrido estos cambios físicos en la actividad celular del cerebro, los cuales- resultan de, y contribuyen a- el uso repetitivo y creciente de la sustancia.
El desequilibrio químico en el cerebro, que es la enfermedad como tal, lo causa la perdida creciente de neurotransmisores, sustancias químicas que nos provocan todo tipo de emociones. Los neurotransmisores se pierden porque la droga bloquea los receptores o los emisores que debieran recibirlos, y así impide que los neurotransmisores sean reasimilados por la célula que lo produjo. Esa mecánica constituye la parte biológica de la enfermedad.
Un dato interesante de saber es, que el efecto emocional intenso de la droga, no es resultado de la droga en sí, sino del exceso de neurotransmisores, que asaltan en mayor cantidad a las pocas neuronas que no están bloqueadas por la droga.
La parte mental de la enfermedad
A nivel mental la enfermedad afecta de la siguiente manera: el cerebro no llega a percibir claramente la relación entre el consumo de la droga y las consecuencias negativas que le produce.
El cerebro racional se convence a si mismo de que es lógico responder a la necesidad de drogarse, porque la droga le causa enorme alivio de la ansiedad y de la angustia, además de que le borra todo sentido de culpa. Pero como aparte de eso, le produce tantas lagunas mentales en las que se reprime, o definitivamente se olvidan los comportamientos vergonzosos, la persona solo relaciona el recuerdo del consumo, con las memorias de placer y no con ninguno de los aspectos desagradables que le trae como resultado.
En fin que la locura del adicto no es lo que hace cuando esta bajo el efecto de la droga, sino el que nunca por sí mismo llegara a darse cuenta de que la droga es la causante de sus problemas.
La locura del adicto es el permiso que se dará una y otra vez de volver a consumir, a pesar de las claras evidencias de que su vida se esta deteriorando por culpa del consumo.
La parte mental de la enfermedad, consiste pues en un sofisticado sistema de autoengaño, de negación de la realidad y de justificación para volver una y otra vez al consumo. El deterioro físico y moral se hace evidente con el paso del tiempo. Cuando la conciencia del adicto comienza a advertir que algo anda mal, ha generado para ese entonces tantos sentimientos de culpa y remordimientos, ya porque se ha hecho a si mismo y a otros, tantas promesas de controlar su adicción que terminan en rotundo fracaso, ya porque su conducta inmoral logre hacer que se odie a si mismo, que le asalta la inevitable angustia en la que siente que es mejor no haber nacido ni existido nunca. Es este el momento en el que toca el fondo emocional tan horrible en el que la vida pierde todo sentido; y si llegado a este punto, no se produce la intervención necesaria para salvarlo, la enfermedad puede llegar a ser fatal.
Las adicciones puras.
Existen las llamadas adicciones puras. En ellas la responsable del desbalance químico del cerebro, no es una sustancia ajena al cuerpo, sino la misma conducta del individuo. Así como saltar de un paracaídas puede alterar la emocionalidad entera de una persona, hay individuos que descubren acciones que lo elevan y le producen el placer que, en otros adictos les son producidos por la ingestión del alcohol o el consumo de drogas. Estas son: las adicciones al juego, las adicciones a la comida, al sexo, al trabajo, etc.
Las características primordiales, al igual que en los otros tipos de adicción, es que al individuo se le deteriora su conciencia moral, pierde la facultad de sentir vergüenza, y su comportamiento apunta hacia la gratificación por medio a la repetición compulsiva de la misma conducta, minimizando todas las consecuencias negativas a corto o largo plazo que le pueda generar.
De todo ello se deduce que el eje del comportamiento adictivo, no es necesariamente la búsqueda de placer, sino la evasión de la realidad emocional.
Características del Adicto
- Sufre un trastorno de la personalidad la adicción es un síntoma del problema
- No acepta ser adicto, no reconoce que necesita ayuda, niega sus problemas.
- Vive en una subcultura particular de ellos y usa un lenguaje típico para comunicarse.
- Es una persona con inteligencia promedio o mas (en su mayoría)
- Tiene conflicto con la autoridad y la rechaza.
- Es egocéntrico e individualista, no se preocupa por los demás, es el sol y los demás giran a su alrededor.
- Distingue entre el bien y el mal, no es un loco, pero cuando actúa lo hace mal (actúa primero y después piensa)
- Tiene pobres controles internos.
- Es inconsistente, no persevera. Comienza las cosas pero no las termina y no tolera la rutina.
- Vive el presente, es un niño. Quiere las cosas cuando las pide y no puede esperar.
- No planifica en base a la realidad. (Se casa sin trabajo, se compra carro nuevo aunque no tenga como pagarlo).
- Es manipulador, siempre quiere salirse con la suya. Los otros son los que están mal y trata de justificar su conducta.
- Es inmaduro, ansioso e inseguro.
- Le gusta vestir y calzar bien. Compra zapatos y ropas caras aunque no trabaje.
- no aprende de sus experiencias ni de las de otros.
- Es irresponsable en sumo grado, difícil de manejar. Si quiere un carro, se lo roba. La persona que no es adicta planifica, economiza o pide préstamos y los paga.
- Tiene un alto nivel de frustración y bajo de tolerancia.
- Su estima propia es baja.
- Carece de culpabilidad hacia el mismo, los demás son los que siempre tienen la culpa.
- Es un vago no le gusta trabajar, le gusta la vida fácil.
- Manifiesta una constante inestabilidad en el trabajo (cambia mucho).
- Carece de remordimiento y de sentido de culpa. A veces siente arrepentimiento, pero no le dura mucho.
- Gusta de hacer promesas que no cumple.
- Presenta embotamiento afectivo, no siente amor por nadie y se le hace difícil recibir amor.
- Es mentiroso y se cree sus propias mentiras.
- Tiene ambiciones desmedidas, no a todo con real situación, quiere ganas mucho dinero aunque no tenga ningún oficio o destreza.
- Tiene gran capacidad para seducir y agradar.
- no se conformo nunca con lo que tiene, entre más se le de, más quiere.
- Muchos tienen identificación pobre con su propio sexo.
- Tiene conflictos con las mujeres, las ve como objeto que puede usar como quiere.
- Tiene un concepto pobre de su hombría, para ellos el machismo impera. El más macho es el que mas droga usa, el que conquista más mujeres o el que engaña más.
- Trata de modificar al mundo de acuerdo a sus propios intereses, el tratamiento debe ser como ellos dicen.
- Es un ser desconfiado por excelencia.
- A veces se torna irascible, negativo, hostil, manipulador, superior al terapeuta en conocimiento sobre adicción.
- Es rechazado por la sociedad por su conducta, no por su persona.
- Puede controlar su vida si se lo propone.
- Puede modificar su conducta, también sus actitudes si se lo propone (puede re-educarse)
Se espera que aproximadamente dentro de unos diez años exista un examen que permita al público en general conocer las probabilidades de ser adicto o no. Mientras tanto, cabe la posibilidad de cualquiera de nosotros, funcionarios públicos, privado o de una empresa cooperativa pudiera desarrollar una u otra acción . Nuestra sociedad occidental es muy permisiva, ya que tolera e induce al consumo de alcohol, lo cual afecta la vulnerabilidad de ciertos individuos. Un evento social sin alcohol. es poco aceptable. Las drogas para los nervios se usan casi universalmente. El uso, generalmente, desarrolla el abuso que conlleva a la adicción que es una enfermedad que no respeta sexo , razas, clases sociales o niveles educativos. Incluso sabemos que muchos médicos, psiquiatras y enfermeros han sido tratados por adicción al alcohol, drogas prescritas y drogas ilegales. O sea, que ni el lecho de poseer un alto nivel de conocimientos médicos puede mantenerse a salvo. Sin embargo, el estar bien informados les ayuda a tomar una decisión inteligente, con amplio conocimiento de los riesgos que se corren, cuando uno decide usar el alcohol y otras sustancias adictivas.