Pompeya:Roban cargamento de armas

  En un confuso episodio que investiga la policía federal, un camión fue víctima del robo de su mercadería, varias pistolas, subfusiles y municiones, el cual curiosamente circulaba sin custodia, y que apareció abandonado en la localidad de Monte Chingolo, partido de Lanús.

Si bien las fuentes no precisaron el lugar donde ocurrió el robo, la investigación del hecho quedó a cargo de la comisaría 34a., que tiene jurisdicción en las zonas aledañas a las villas Zavaleta -Barracas- y 1-11-14 -Bajo Flores-, donde operan varias de las más peligrosas bandas de narcotraficantes. El vehículo apareció en la zona de Monte Chingolo, Lanús, sin la carga. Fue hallado por efectivos de la policía bonaerense.

Entre las armas robadas figuran pistolas Glock calibre 40 con los accesorios para transformarlas en calibre 22, pistolas y fusiles-ametralladora Remington calibre 22; miras de acercamiento y láser, y mil proyectiles calibre 22 del tipo trazante (muestra en su recorrido una estela de humo o luz que permite verificar la dirección del disparo) y de punta hueca (bala que, al hacer impacto, se abre como si se desgajara, con lo que es capaz de producir grandes daños).

Fuentes policiales indicaron que el cargamento estaría valuado en el mercado legal en más de 250.000 dólares. En tanto que en el mercado negro su valor se reduciría a la mitad, según las estimaciones.

«Este cargamento en la calle constituye una amenaza enorme. El calibre 22 es el elegido por los sicarios y francotiradores. Una bala calibre 22 Magnum provoca más daño en el cuerpo que un proyectil de calibre 9 mm. La munición como la que se robaron en Pompeya tiene la particularidad de que cuando pega en el cuerpo no sale y afecta más órganos que una bala de nueve milímetros», explicó un veterano jefe policial.

Por eso, entre las medidas adoptadas por los investigadores figuran acciones tendientes a tratar de cortar el circuito de distribución de las armas. Las posibilidades van desde que los asaltantes las coloquen entre armeros que puedan cambiarles la numeración y venderlas como legales hasta la presunción de que sean ofrecidas a las bandas de narcotraficantes que operan en las villas Zavaleta y 1-11-14, que tienen dinero en efectivo disponible para comprar un cargamento de semejante valor.

Los policías federales trabajan en conjunto con sus pares de la comisaría 6a. de Lanús, con jurisdicción en el lugar donde apareció abandonado el camión, ante la sospecha de que algunos integrantes de la banda hayan elegido esa zona porque allí desarrollan su actividad criminal.

Además, ya comenzaron a revisar las imágenes de las cámaras de seguridad de las empresas instaladas sobre las avenidas Roca, Francisco Fernández de la Cruz, Sáenz y Vélez Sarsfield, con el objetivo de reconstruir la ruta del camión. Se intenta establecer si antes de abandonar el camión en Monte Chingolo los asaltantes se detuvieron en un depósito en el curso del camino de escape para descargar el alijo de armas.

Ante la posibilidad de que se haya tratado de un robo por encargo, los investigadores de la Policía Federal también comenzaron a indagar entre los empleados de la empresa que sabían del destino y la ruta del cargamento de armas; especialmente, intentan develar por qué el camión circulaba sin custodia.

Según el artículo 30 del decreto 395/75, que reglamentó la ley nacional de armas vigente, la empresa propietaria del embarque debe tomar las medidas de seguridad que el Registro Nacional de Armas (Renar) considere necesarias para transportar las armas. En el caso del camión asaltado en Pompeya, no había custodia de la Gendarmería ni de ninguna otra fuerza de seguridad.

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