Piñeiro blindada, megaoperativos, aprehendidos y hechos criminales resueltos

La localidad de Piñeiro en Avellaneda, limita con la Capital Federal y es de las pocas localidades con varios accesos y cercanía a la temida Villa Zavaleta, parte de los suburbios de Barracas y con proximidad al barrio de La Boca, lo que la transforma en un «colador» a la hora de controlar los accesos, esto los delincuentes lo saben.

El otro problema que enfrenta la policía es la participación mayoritaria de menores en delitos que van desde el robo automotor a las entraderas o ingresos por escalamiento a las viviendas.

Mucho se ha hablado en años sobre la cuestión de la inseguridad en Piñeiro y las reuniones con vecinos generalmente terminan en discusiones entre los participantes que poco a portan a la seguridad y son más bien un momento de catarsis para las víctimas de los delitos.

En esta problemática la cara visible del problema es la policía, pero no siempre la solución pasa por decisiones de los jefes policiales, sino de los políticos, porque independientemente de que existan policías corruptos o sin ganas de trabajar, la mayoría tiene «hambre» de ser un policía con arrestos y éxitos en su carrera.

Alguien se puso a pensar en el esfuerzo de los efectivos que trabajan más horas cuando el delito crece, bajo la lluvia, el calor, la presión y los problemas personales de todos, porque son parte de la sociedad con los mismos problemas generales, para más expuestos que cualquiera a ser víctimas de los delincuentes.

La tarea más difícil de las fuerzas de seguridad es convencer a los políticos de que los dejen trabajar, de que les den las herramientas, pero también que los apoyen cuando la justicia demora allanamientos importantes o solicita más pruebas para avanzar en causas donde hay conocidos delincuentes, lo que lleva a los vecinos a decir que la policía NO HACE NADA.

Como dice el refrán el que hace se equivoca y de eso no están exentos los policías, por eso hay que informarse, controlar como ciudadanos, pero cuando las cosas están bien acompañar y apoyar, la seguridad se construye con un compromiso de los ciudadanos.

Ya por el año 2019 se gastaron millones de pesos en un supuesto sistema de seguridad al que los políticos de turno, Vidal como gobernadora y Larreta como Jefe de Gobierno anunciaron con platillos asegurando que iba a revertir los robos de vehículos y la fuga de delincuentes con el ANILLO DIGITAL, pasaron los meses y el sistema ha sido exitoso pocas veces por lo que gran parte de la responsabilidad de lo que pasa en Avellaneda es responsabilidad de Horacio Rodríguez Larreta y la Policía de la Ciudad, que tiene en su jurisdicción Zavaleta, Barracas y La Boca, esto es una realidad, en esto no hay política, como es una realidad que a nivel local, hay zonas de Avellaneda que se sabe son virtuales aguantaderos, como la zona de Villa Tranquila, la zona de la ex Pavón y Mitre, las plazas de Sarandí y sus alrededores y el barrio de Gerli que tiene delincuentes para regalar.

El municipio ha acertado por primera vez en las medidas de seguridad en apoyar a la policía en Piñeiro, pero la propia Mónica Ghirelli ha reconocido que la sábana es corta y que para reforzar con un megaoperativo una zona, se debilita otra, por lo que es hora que la provincia de Buenos Aires se comprometa con los vecinos de Avellaneda, no solo con aporte de móviles y personal, sino poniendo a trabajar a las dependencias específicas de drogas y robo de automotores las ex DDI que brillan por su ausencia.

La gente suele ser influenciada por las redes y políticos oportunistas pero ignorantes a marchar a las comisarías, cuando el patrullaje no le corresponde a las comisarías, cuando los policías están con detenidos que deben cuidar por falta de cupo en el Servicio Penitenciario Bonaerense, con una dependencia que recibe las denuncias, debe tramitar las notificaciones, hacer de correo judicial, investigar los delitos cometidos y recargados hacer controles de prevención, todo sumado a las limitaciones presupuestarias.

Nada es ideal en el contexto actual, incluso algunos hasta tienen mala forma de responder, pero en general si uno mantiene la educación y no se pone a competir en quien es más guarro las cosas se emparejan, existe un problema de comunicación social, fomentado por la «grieta» y opinólogos Online, pero los que caminamos la calle, sabemos que la realidad es otra.

Llevo más de 25 años dedicado a trabajar con temas policiales y judiciales, con publicaciones en distintos medios y participaciones en medios televisivos, de radio e impresos, con publicaciones en universidades extranjeras sobre seguridad, delito y corrupción, creo en una Avellaneda mejor con un compromiso de todos, comparto el hacerse escuchar, pero las soluciones no dependen de 1 hora de reclamo cada tanto, sino de un compromiso que se extienda en el tiempo.

La nota es para ser justo y no solo criticar, hace unos días se detuvo a los asesinos del jubilado y pocos se hicieron eco, para eso los policías trabajaron sin descanso y personalmente los he visto agotados, no me lo contaron, obvio los delincuentes amenazando y acusando con perjudicarlos, porque no solo se trata de trabajar, sino de hacerlo bien para que nada termine beneficiando a los delincuentes, a muchos jefes les suele criticar esa falta de reacción, pero también es cierto que arriesgan mucho, el trabajo, la libertad, la familia y hasta la vida, el tiempo siempre me ha dado la razón y no creo en una sociedad más segura si no se reconoce y cuida al que trabaja por la seguridad, quizás es hora de pensar en hacer algo distinto para no hacer siempre lo mismo y con el mismo mal resultado.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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