Pilar:Asaltaron a camarista porteño en su casa

El camarista Pablo Bacigalupo y su familia fueron sorprendidos por dos delincuentes en su casa de Pilar.

El camarista porteño Pablo Bacigalupo y su familia fueron asaltados por dos delincuentes en su casa del partido bonaerense de Pilar. El hecho fue denunciado en la comisaría quinta, que dio intervención al fiscal Gonzalo Acosta, titular de la UFI 3 de la zona.

El hecho fue cometido en la noche del sábado cuando dos ladrones, armados, irrumpieron en una casa de la calle Ricardo Levene al 100, del barrio «Dos Rutas», situado a la altura del kilómetro 52 de la Panamericana, partido de Pilar.

Los ladrones huyeron en la camioneta del camarista, llevándose dinero y pertenencias de valor.

El vehículo fue encontrado el domingo abandonado en una zona descampada del partido bonaerense de San Miguel.

Bacigalupo integra la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Trascendió que este tremendo hecho se produjo a las 23.30 del sábado pasado, cuando el magistrado, su esposa y un hijo del matrimonio, de 15 años, descansaban en un inmueble situado en calle Levene al 100, en el Barrio Dos Rutas, a la altura del kilómetro 52 de la Ruta Panamericana y en las proximidades del cruce con la ruta provincial 25.

En esas circunstancias aparecieron en escena 2 sujetos armados, quienes, tras acceder a la vivienda, redujeron por la fuerza a los damnificados, tomándolos en condición de rehenes. De inmediato los delincuentes ataron y amordazaron a las atemorizadas víctimas y, acto seguido, cargaron un aparato de televisión, una computadora y numerosos electrodomésticos en una camioneta Nissan 4×4 de Bacigalupo. Los hampones fugaron en el vehículo.
La camioneta robada apareció abandonada, en horas de la tarde del domingo, en jurisdicción de la localidad de San Miguel.

Lo acontecido fue denunciado en la comisaría 5ª de Pilar. Intervino en la causa el doctor Gonzalo Acosta, fiscal de la Unidad Funcional Nº 3 del citado distrito.
Al respecto, los habitantes del vecindario, junto a diversos comerciantes, no dudaron en quejarse por la seguidilla de asaltos y hasta llegaron a mencionar, consternados, que presumen la existencia de “zonas liberadas” para la concreción de robos.

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