Para la estadística la policía clausuro cuatro prostíbulos en el microcentro

Los allanamientos se realizaron en las últimas horas en locales nocturnos situados en la avenida Corrientes al 800, Esmeralda al 400, Paraguay al 500 y Viamonte al 600, según señalaron fuentes policiales. Las cuales solicitaron a los medios evitar llamar a los lugares prostíbulos.

La versión oficial para los medios

Una mujer y un hombre fueron detenidos en el microcentro porteño por efectivos de la Policía Federal, en un operativo en el que clausuraron cuatro locales nocturnos que funcionaban como «wiskerías», en el marco de una «mega causa» por estafas y robos agravados reiterados.

Los procedimientos fueron concretados por personal de la División Delitos Contra la Salud de la Superintendencia de Investigaciones Federales, bajo las órdenes del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción 13 a cargo del juez Luis Zelaya.

La investigación se había originado tiempo atrás por los múltiples casos de turistas y empleados de oficinas de la zona del microcentro que salían a distraerse por la tarde o noche bajo la costumbre «after office» y luego eran sorprendidos, extorsionados con malos tratos, amenazados y robados.

Según señalaron las numerosas denuncias dieron la intervención de distintas fiscalías y su recopilación motivó que se unificaran más de 150 casos.
Así quedó constituida una «mega causa» caratulada como «estafas, robos agravados y reiterados».

La investigación estableció que los clientes que concurrían a estos locales eran captados por los llamados «volanteros», quienes promocionaban los servicios de las denominadas «coperas» como también ofrecían una consumición gratis.

Como resultado de dicha investigación se clausuraron los cuatro locales y fueron detenidos una mujer argentina 32 años y un hombre argentino de 43, quienes resultaron ser encargados de los locales.

Según las fuentes, una vez en el interior de estas wiskerías, «las mujeres semidesnudas, después de una pequeña danza y entablar unas pocas palabras, se acercaban y con palabras susurrante les indicaban que en concepto de copas debían pagar una determinada cantidad de dinero, resultando ser finalmente una suma excesiva».

Las mujeres señalaban que es suma obedecía a lo consumido, a su «compañía» y a los bailes que habían visto, e incluso hubo casos en que las víctimas «jamás consumieron bebida». 

En ese momento el espectador se transformaba en victimas al no poseer el dinero reclamado, y entonces «por la fuerza, con malos tratos y a golpes, les quitaban la plata que llevaban encima o en otros casos los obligaban por la fuerza a ir vigilados por «patovicas» a un cajero automático cercano al lugar y retirar efectivo», agregaron las fuentes.

Durante la investigación, los detectives de la División Delitos contra la Salud detectaron otros comercios de la misma índole que operaban de la misma manera, motivo por el cual también fue informado a la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción 48 para continuar con la investigación.

Las cosas por su nombre

Es llamativo como importa poco «armar» un procedimiento para justificar el trabajo de algunas dependencias de la policía federal. La nota menciona un mecanismo delictivo recurrente, con lo cual en las tareas de inteligencia previa se conocería el rol de cada uno de los involucrados en estos locales nocturnos, entonces no se explica como de cuatro lugares allanados solo se encontraban dos personas, ¿y los patovicas??. ¿las mujeres?

Este tipo de procedimientos me hacen sospechar que todo es una farza, para completar estadísticas y proteger a los que pueden encontrar un funcionario que les cobre por no ver.

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