Murió el artista plástico León Ferrari

León-FerrariUno de los artistas más importantes y provocadores de los últimos años, cuya extensa obra se centró en la religión, las guerras y la intolerancia, murió hoy a los 92 años en la ciudad de Buenos Aires. Su carrera alcanzó el punto máximo en 2007, cuando fue elegido mejor artista en la Bienal de Arte de Venecia donde se le otorgó el «León de Oro».

El artista plástico León Ferrari, uno de los más importantes y provocadores de los últimos años, cuya extensa obra se centró en la religión, las guerras y la intolerancia, murió hoy a los 92 años en la ciudad de Buenos Aires.

A lo largo de su carrera cosechó el reconocimiento local e internacional, que alcanzó su punto máximo en 2007, cuando fue elegido mejor artista en la Bienal de Arte de Venecia donde se le otorgó el «León de Oro», el mayor galardón de una de las bienales más prestigiosas del mundo.

Su obra originó tantos elogios como críticas y fue expuesta en algunos de los sitios más destacados del mundo, como el MOMA de Nueva York, el Museo Reina Sofía de Madrid, España y en la Pinacoteca do Estado de São Paulo, Brasil. Ferrari nació un 3 de septiembre de 1920 y era hijo de Susana y Augusto, un artista italiano que había realizado unos frescos en un tempo de Turín y una vez radicado en Argentina, reformó la iglesia de San Miguel donde pintó 120 cuadros y también construyó iglesias en la provincia de Córdoba.

Una de sus obras más impactantes la realizó en 1965, para el Premio Di Tella: “La Civilización Occidental y Cristiana”, una escultura que muestra a Cristo Crucificado sobre un avión bombardero estadounidense, que en su momento aludía a la guerra de Vietnam pero que recobra significado a lo largo del tiempo.

En 1976 recopiló un grupo de noticias sobre la represión de la dictadura militar que publicó con el título de “Nosotros no sabíamos”, frase que una parte de la ciudadanía argentina utilizó frente a las pruebas de la tortura y de los centros de detención.

Ese año, con la instauración del régimen militar de facto, se radicó en San Pablo, y durante su estadía allí se enteró de la desaparición de su hijo Ariel, quien había decidido quedarse en Argentina en vez de abandonar el país con el resto del clan Ferrari.

Ferrari volvió a vivir en Buenos Aires en 1991, donde continuó con sus críticas al poder de la Iglesia Católica a través de su arte, o haciendo pasteles y dibujos.

En 2004, se expuso en el Centro Cultural Recoleta una retrospectiva de su obra que abarcaba 50 años de producción, y que provocó la ira de grupos ultrareligiosos, protestas en las puertas del centro, la rotura de obras, la clausura y reapertura de la muestra por decisión de la justicia y uno de los más intensos debates en la historia del arte argentino.

El año pasado, entre otras muestras en las que participó, Ferrari presentó en el Malba una selección de 70 obras pertenecientes a las series “Brailles” y “Relecturas de la Biblia”, realizadas a lo largo de tres décadas y hasta entonces sólo parcialmente conocidas.

Ferrari ilustró en 1996 el “Nunca más”, cuando fue reeditado por el diario Página/12 en forma de fascículos, con centenares de testimonios sobre los crímenes perpetrados por las Fuerzas Armadas durante la última dictadura militar.

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