Miguel Núñez, ex vocero de Kirchner, sospechado de tener una fortuna de u$s70 millones

  Amasó una fortuna desmedida. Su última declaración de bienes es 700 por ciento más abultada que cuando llegó a la función pública. La justicia pondría sus ojos en él y otros funcionarios que aún no fueron llevados Tribunales.

La lista de exfuncionarios k que son investigados por corrupción y enriquecimiento ilícito crece día a día y ahora la Justicia pondría la lupa sobre Miguel Núñez, el ex vocero de Néstor Kirchner.

Se sospecha que Núñez habría amasado una fortuna desmedida valuada en u$s 70 millones durante su cargo en la función pública ya que en una de sus últimas declaraciones de bienes consta una incremento patrimonial del 700%. Pero él no sería el único. Habría otros funcionarios en su misma situación.

Durante la presidencia K, Núñez sumó dos causas que aún esperar resolución: una por supuesto enriquecimiento ilícito que lleva adelante Manuel Garrido, el fiscal de Investigaciones Administrativas; y en otra iniciada por la Oficina Anticorrupción por el supuesto uso como auto oficial de un auto prestado por cortesía por una empresa automotriz, algo que está prohibido. Nunca la Justicia había puesto la lupa sobre un funcionario tan cercano al Presidente.

El expediente por enriquecimiento ilícito se inició tras un artículo de la revista «Noticias» que detalló cómo Núñez pasó de ser un moroso incobrable en los registrados del Banco Central a comprarse un semipiso en el barrio porteño de Caballito, valuado en medio millón de pesos. Tras la publicación de la nota, fue la OA la que abrió un expediente. Días después, Núñez se presentó a declarar y aseguró que el inmueble había sido comprado con ahorros propios y tras un préstamo que le había hecho su pareja, Graciela Otegui, quien trabaja junto a él en la vocería presidencial. El vocero, según consta en los registros oficiales, cobraba un sueldo de 3.000 pesos al momento de comprarse el departamento, aunque se lo aumentaron a 6.000. La OA, liderada por Abel Fleitas Ortiz de Rozas, entendió que las explicaciones del funcionarios fueron convenientes y, sin más, dio por terminado el caso.

La causa por el uso indebido de los autos oficiales aún continúa abierta, tal vez porque quedó vinculada a otra similar que lleva adelante el juez Jorge Urso y que fue iniciada en tiempos de la presidencia de Fernando de la Rúa. Luego de que Núñez fuera fotografiado en un auto propiedad de una empresa automotriz, y para evitar nuevos escándalos, Kirchner mandó a todos los funcionarios a devolver los vehículos prestados por las empresas. Muchos ministros se movían en autos de esas características y, en privado, se mostraron enojados con Núñez por haber «descuidado las formas».

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