Mick Jagger impecable a los 74 años ¡Feliz cumpleaños!

  Hoy cumple 74 años Mick Jagger, en perfecto estado de salud y habiendo sido padre por octava vez.

Brenda’, como Keith Richards llama a Mick Jagger, se recuperó fácilmente tras la muerte de L’Wren Scott, la última novia de Mick. El escándalo de mujeres volvió a escupir a Jagger cuando le tomaron fotos en la terraza de su hotel, en Zurich, con una morena con la que había pasado la noche. La identidad de aquella “nueva novia’ de Mick Jagger quedó al descubierto cuando el propio Mick Jagger reconoció que su “novia” estaba embarazada. Se trata de Melanie Hamrick, de 27 años, una bailarina del American Ballet Theater.

Mick conoció a la bailarina semanas antes del fallecimiento de L’Wren Scott. El encuentro ocurrió en Tokyo, cuando Melanie -que tiene 43 años menos que Jagger- quiso conocer al cantante de los Rolling Stones. En Japón pasaron varias noche juntos. ¿Llegó a oídos de L’Wren Scott la nueva conquista de Mick? No lo sabremos nunca. Pero tras el escándalo de esas fotos en el hotel de Zurich, la famosa Melanie no ha vuelto a aparecer con Mick. Se decía desde el entorno del cantante que Mick había perdido interés en volver a verla. Pero queda claro que siguieron viéndose.

Desde que en 1995 fundó Jagged Films, con su socia Victoria Pearman, Mick Jagger apuesta con muchos millones al cine. Tiene prevista la finalización de una película sobre Elvis Presley, un negocio con la Fox 2000. También trabajó en una serie de historias de ‘rock and roll’ para la HBO, el Canal Plus americano, supervisada, por Martin Scorsese. Pero la serie “Vinyl” ha sido un estruendoso fracaso.

Mick también ha estado muy excitado con producir una serie de dramas para Broadway basada en la película documental ’20 feet from stardom’, la cinta de Morgan Neville en la que aparecía el propio Mick.

SUS FRACASOS EN CINE.

La película biográfica sobre su ídolo más grande: el gran James Brown, de quien admira su forma de moverse y de bailar, también fue un enorme fracaso. La cinta se llamó ‘Get on up’ y estuvo dirigida por Tate Taylor, con Chadwick Boseman como James Brown. El personaje de Mick Jagger aparece en el film, interpretado por Nick Eversman, elegido por el propio Mick, que para eso es el productor.

Hasta ahora, Mick ha perdido dinero con su ingreso en Hollywood. Perdió dinero con ‘Enigma’. Volvió a equivocarse con un ‘remake’ de la película de George Cuckor, ‘The Women’. Pero es que en el último año, según informaciones de Forbes, ganó más cien millones de dólares, entre derechos de autor, venta de discos y ganancias con la gira mundial. Como decía Scorsese, Mick es el tipo al que no se le escapa nada. Ni siquiera como productor de cine. A pesar de vivir como una estrella encima de un escenario, posee una perfecta memoria y un sentido brillante para descubrir el carácter del drama.

Mick dice que los ‘hooligans’ de los Stones son más reaccionarios que Franco. Por esa razón, jamás compran su álbumes en solitario. Tiene cuatro en el mercado: el primero y el último son realmente fabulosos, pero no se vendieron. Mick está convencido de que algún día tendrá que devolver al diablo lo que le ha dado. Está convencido de que es Fausto, pero también asegura que por eso no va a dejar de disfrutar del sol de hoy y sólo pensar en las nubes del mañana. Debe tener razón.

Siempre caerá sobre su conciencia como un péndulo incansable el suicidio de Brian Jones, tras expulsarlo de los Stones. Como que la gran cantante Marsha Hunt tratara de cortarse las venas, porque Jagger no quería reconocer en principio a la hija de ambos, Karis, la primogénita de Mick. Como el intento de suicidio de su joven y maravillosa novia Marianne Faithfull, precisamente, en Australia,con heroína incluida y con Marianne componiendo ‘Sister Morphine’. Como el otro intento, el intento ingenuo y vacuo de la modelo Carla Bruni, cuando Jerry Hall se enteró del romance y exigió a Jagger romper con la mujer de Sarkozy. La depresión de la Bruni fue de libro.

Las historia sobre el suicidio de Brian Jones siempre cae en los hombros de Jagger.El 8 de junio de 1969, Mick Jagger, Keith Richards y Charlie Watts llegan a Cheltenham Farm, en East Sussex, la nueva casa de Brian Jones, fundador y ‘autor’ que dio nombre a los Rolling Stones. Su nueva mansión, construida en madera y con piscina climatizada, había sido propiedad de A.A. Milne , el autor de ‘Winnie the pooh’. Brian se la había comprado por casi un millon de libras, el mes de noviembre del año anterior.

Mick, Keith y Charlie iban a comunicarle a Brian que estaba despedido y que iba a ser sustituido por Mick Taylor, el niño prodigio de 20 años del grupo de John Mayall. Fue Mick el que empezó a hablar, exponiendo los problemas que tenían con Brian. Según les había recalcado el semi-gangster Allan Klein, el nuevo mánager de los Stones, Brian no podía entrar en los Estados Unidos, le habían denegado la visa por culpa de sus dos condenas por consumir drogas. Por lo tanto, el grupo no podía salir de gira o actuar con él.

Pero, violentamente, Keith le quitó la palabra a Mick y le ‘escupió’ a Brian: “Estás despedido. Y no des tantas vueltas, Mick. Dile que está muerto, que ya jamás será un Rolling Stone”. Keith le tenía un odio peculiar a Brian, desde que le dió una paliza a Anita Pallenberg. Como ‘indemnización’ por el despido, a Jones le dijeron que recibiría un 20% de los beneficios de los Rolling Stones hasta que viviera. No hubo más. Charlie quiso decir unas palabras, pero no se atrevió. Los tres se levantaron y se marcharon. La entrevista no duró ni 10 minutos.

LA VISITA QUE NO EXISTIO.

Un informe policial asegura con bastante precisión que, en la mañana del 2 de julio de la noche en que murió Brian, Mick Jagger y Keith Richards, sólo ellos dos, le hicieron una visita a Cheltenham. El motivo fue que los derechos del nombre The Rolling Stones todavía era propiedad de Brian Jones. Keith y Mick llevaban un documento para que lo firmara Brian. En el contrato cedía los derechos del nombre al resto del grupo. Brian Jones se negó en rotundo y recordó una vez más que fue su idea utilizar el nombre de la canción de Muddy Waters, así como crear el grupo. Entonces, Keith Richards perdió los nervios y le amenazó con un cuchillo o una navaja. El albañil Fran Thorogood tuvo que detener a Keith y calmarlo. Mick y Keith abandonaron la casa sin la firma de Brian.

Jan Bell , la hija del presunto asesino Frank Thorogood, también ha narrado esa visita en su alegato. Su declaración está tomada por un oficial de la policía de Sussex y existe todavía en los archivos de la polícía de Gloucestershire. Jamás pudo ser destruida dentro de la investigación que aún persiste, a pesar de que dos abogados de los Rolling Stones, uno de una firma neoyorquina y otro de otra firma en Los Ángeles, trataran de hacerla desaparecer. Jan Bell no ha querido comparecer de nuevo y sigue en el más perfecto anonimato.

¿Sucedió esa escena? Sólo lo saben Mick y Keith. Mick siempre ha dicho que jamás tuvo nada que ver con la muerte de Brian Jones por mucho que le condenen. Y Keith… En 1980, Keith Richards sufrió un intento de chantaje del abogado Patrick Townshend (que llevaba los negocios de Mick y Bill Wyman), aparentemente relacionado con el caso. No se sabe más.

LA HISTORIA DE BRENDA JAGGER.

‘She’s the boss’, el primer álbum en solitario de Jagger apareció y no, no fue un éxito, a pesar de los cinco millones de dólares que se gastó en promoción la CBS.

“Que se joda Brenda”, dijo Keith Richards, que acababa de ser padre con Patti Hansen. Mick Jagger trató de provocar una cortina de humo con su actuación en el Live Aid, en Filadelfia, en 1985. Tocó con un grupo de músicos nuevos e hizo una interpretación del famoso ‘State of shock’ de Michael Jackson, pero con Tina Turner. Michael ni quiso aparecer con Mick, aunque se lo pidió personalmente Jagger. De aquello, lo más espectacular fue ver a bailar a Mick con Tina Turner en un par de interpretaciones geniales.

Keith Richards y Ronnie Wood, que también estaban allí, en Filadelfia, ni saludaron a ‘Brenda’. Patéticamente, emborracharon a Bob Dylan y los tres hicieron el ridículo en el Live Aid.

Fue en Boston, en la penúltima gira de los Stones, donde Keith Richards me contó de donde había salido lo de Brenda. Me dijo que cuando pasaban mucho tiempo en París, a comienzos de los años 80, él vivía muy cerca de los estudio Pathe-Marconi. Al lado de su casa había una librería inglesa. En su escaparate había un libro donde ponía en grandes letras doradas: ‘Brenda Jagger’. Desde ese preciso momento, Keith siempre se refería a Jagger como Brenda. Creo que Keith nunca supo ni siquiera quien era la auténtica Brenda Jagger, en realidad, una escritora inglesa de novelas románticas, al estilo de Corín Tellado.

Pero el Brenda Jagger ‘stoniano’ se convirtió en la burla provocativa, sustancial y publicitaria para vender más ejemplares de ‘Life’, la autobiografía de Keith Richards. Que si Brenda tenía un pene pequeño, que si Brenda era un insoportable, que si Brenda era un roñoso.

QUERIDA BESTIA.

Mick Jagger nunca se lo perdonará a Keith Richards. Jamás. Incluso se sabe que le escribió a Keith una carta terrible hace poco más de un año. Franca, directa al corazón de su amigo desde los cuatro años. Una carta que parcialmente ha caído en manos de los ‘amigos’ de Mick Jagger. Según Mick, para Keith los gays son ‘maricones’ y las mujeres, ‘putas”. Se ha quedado en la ideología reaccionaria de los viejos tiempos. Jagger les decía a sus amigos que era absurdamente injusto y patético que en ‘Life’ su personalidad fuera presentada como un despojo de la humanidad. Un tipo pobremente dotado, con un pene muy pequeño. Sin saber cantar. Un déspota que ni le dejaba hablar a Keith en la reuniones.

En definitiva, un tipo insoportable con nombre de mujer. Pero es que Mick consideraba a Keith un bocazas impertinente. Un tipo violento al que nadie se atreve ni siquiera a despertarle, porque tiene una pistola debajo de la almohada. Un tipo que se comportaba como un canalla, un desastre que se drogaba delante de desconocidos y que presumía de que la policía lo persiguiera y junto a ella, media docena de chicas de las que se reía.

Mick recordaba que todas aquellas sórdidas historias de Richards sólo le llegaban a través de un asistente, un abogado o un ‘tour manager’. Jagger siempre se temía lo peor y sufría cuando alguien llegaba diciéndole: “Keith ha desaparecido”. “Keith se ha dormido en el camerino y nadie se atreve a despertarle y el concierto tiene que empezar”.

Jagger sentenciaba que era imposible convivir con un ser catatónico. Y condenaba: “¿Te puedes imaginar lo que es ir de gira con un alcohólico, un yonqui, un adicto al crack?”. O quizá escuchar: “Keith ha sido arrestado con un tarro lleno de heroína y una bolsa llena de otras drogas y parafernalia. Y le han acusado de tráfico de drogas. Era su maleta para un fin de semana en Toronto”. Mick concluía: “Es difícil dar un concierto con un guitarrista loco y pervertido, pero más aún cuando está en la cárcel durante 10 días”. Finalmente, Mick no tuvo más remedio que recordar el apelativo que le había puesto Elton John: “Keith es un mono artrítico”.

Los que conocemos un poco, solo un poco a esta especie ‘iceberg humano’ sabemos que puede tomar una decisión criminal o inesperada como los césares bajaban el dedo ante los gladiadores. Sin piedad, sin compasión. Con una naturalidad espantosa. Sabe que su alma pertenece al diablo.

Este Lucifer moderno , es el hombre que escribió: “Llámame, simplemente, Lucifer. Usa tu bien aprendida educación o si no convertiré tu alma en basura”. Eso canta en ‘Sympathy for the devil’. Hoy cumple 74 años.

Mick Jagger and Keith Richards of the Rolling Stones during a press conference for the Super Bowl XL half time show at the Renaissance Center, in Detroit, Michigan on February (Photo by Theo Wargo/Getty Images)


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