El hecho sucedió en el barrio Solares de San Antonio. Denunciaron a un comerciante ante la Justicia. Le pegó y la ató a un poste.
Indignación, bronca, dolor, miedo, impotencia, repudio y furia es lo que sintieron los vecinos del barrio Solares de San Antonio, de Guaymallén, por un hecho sucedido el domingo por la tarde que tuvo como protagonista a una perra de raza bull terrier. Un hombre, dueño de un negocio de la zona, agarró a la perra y la ató del cuello con un alambre para luego arrastrarla hasta una esquina de la barriada. Lo hizo frente a un grupo de chicos y familias que habitan el lugar, contaron los vecinos a El Sol.
Frente a ellos, la colgó a un poste y dejó que agonizara hasta que, finalmente, murió. Los vecinos pidieron que las autoridades hagan algo con el hombre y que lo saquen de la barriada. Lo denunciaron ante la Justicia y una protectora de animales se constituirá en querellante.
Fiona era una perra bull terrier blanca de cuatro años “con una manchita en el ojo, como de pirata” y vivía con su familia en el barrio Lumaco, de El Bermejo, pero, el domingo, después del mediodía, estas personas se fueron de su casa y, a los pocos minutos, unos hombres ingresaron a robar. Los delincuentes dejaron la puerta abierta tras el atraco, y Fiona salió a la calle y se perdió.
A las 14:00, luego de caminar sin rumbo fijo, Fiona llegó hasta el barrio Solares de San Antonio, complejo que el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) inauguró hace cinco meses y del que hoy otorgará otra etapa. “Se escapó y entró a un minimarket. El dueño dijo que rompió una botella pero es mentira”, contó una vecina del lugar, que continuó: “Primero le pegó en la cabeza varias veces con una botella de cerveza y como no se moría, la sacó con un alambre que le puso en el cuello. La arrastró más de 50 metros frente a todos los chicos que estaban en ahí. Era domingo y estaba lleno de familias”, recalcó con dolor la testigo.
La denuncia radicada en la oficina Fiscal Nº9 de Guaymallén dice que “el agresor de Fiona se llama Walter Nievas y vive en la casa 10 de la manzana H del Solares de San Antonio”, explicaron fuentes judiciales. Por su parte, una vecina de la barriada aseguró: “Este desquiciado la colgó en un poste de una plaza y la enredó con el alambre hasta que se asfixió, la mató. No dejaba que nadie se acercara y decía que al que no le gustaba se fuera, y la hija también decía lo mismo”.
Pasadas las 15:00, los dueños de la perra se enteraron de la desgarradora noticia y retiraron el cadáver del lugar. Esa noche, los vecinos mostraron su disconformidad por lo sucedido ante el presidente de la Unión Vecinal, Leonardo Rivero.
Le manifestaron que querían que se extremaran las medidas para saber quién vive en el barrio y “que sacaran a Nievas porque no quieren vivir con un loco que amenaza con arma y mata a un perro sin piedad y delante de todo el mundo”, explicaron.
En referencia a este punto, Rivero explicó a El Sol que “el hecho ocurrió y fue muy grave. Incluso, este hombre ya a ha tenido episodios donde la gente lo ha visto amenazando con un revólver a un vecino”.
Y agregó: “No estuve presente el domingo porque estaba un evento familiar, pero los vecinos después me contaron. No se lo puede sacar del barrio porque es propietario”, concluyó.
En referencia al caso, el abogado Oscar Mellado, representante de la protectora Asoreva, dijo que será querellante en la causa –calificada como daños (porque a los animales en el Código Penal se los considera como una “cosa”– y que se trata de un delito excarcelable.
El letrado pretende que se tenga en cuenta el artículo 3 de la ley 14.346 de Protección Animal, que se refiere a la crueldad hacia los animales y que son “seres sintientes”, es decir, que sienten.
En el inciso 7 se considera acto de crueldad: “Lastimar o arrollar animales intencionalmente, causarles torturas o sufrimientos innecesarios o matarlos por el sólo espíritu de perversidad”.
