Nuevamente familiares y amigos de los jóvenes detenidos por el asesinato del Capitán Reynoso volvieron a marchar esta vez desde la intersección de las avenidas Belgrano y Güemes hasta el Palacio Municipal.
Esta vez la policía estaba advertida que podía haber una movilización y como circularon distintas versiones y se temía que pintaran el municipio, la orden fue no permitir el paso a las puertas del Palacio Municipal de los manifestantes y despejar cualquier disturbio que se produjera.
Como periodista esta vez me tocó hacer de improvisado mediador entre los familiares y las autoridades para evitar que el reclamo terminara con algún incidente y que el personal policial no tuviera que intervenir más que para acompañar el reclamo, y que luego todos se pudieran retirar sin nada que lamentar.
Salvo un cruce al inicio entre el segundo jefe de la departamental y los organizadores de la marcha, la cosa no pasó a mayores y con diálogo se consiguió que permitieran a la policía liberar carriles y apagar unas cubiertas para tranquilidad de todos, debo agradecer el comportamiento de los integrantes de la marcha que se comieron la bronca y actuaron de la mejor forma para todos, el valor no se demuestra con violencia, sino en saber resistir y seguir la lucha, desde la palabra, desde visibilizar el reclamo sin joder al otro.
Por el lado de las autoridades policiales, cuando toda tensión disminuyo, pudieron mantenerse en sus puestos de una manera prolija y protegiendo el Palacio Municipal sin necesidad de recurrir a la fuerza para defenderlo y con presencia, por lo que el jefe distrital de Avellaneda, no solo hizo lo correcto, sino que al dialogar con los manifestantes supo mantener el orden en medio de un clima de mutuo respeto.
A pesar de lo que se podía esperar, todos los involucrados hoy demostraron que aunque no sea fácil acordar posiciones, y con todo un antogonismo de por medio, se puede pensar en una sociedad más equilibrada.
Ahora es el turno de la justicia la que debe investigar y llevar tranquilidad a las familias no solo de los detenidos, sino del policía asesinado, se esperan pericias, y los familiares ya cuentan con el apoyo de distintas agrupaciones sociales, algunas tan dispares como puede ser La Cámpora.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
