Los empleados del Banco Ciudad buscan alternativas para enfrentar el maltrato laboral y la entrega patrimonial

  Liliana-y-EmanuelEste miércoles,  un grupo de empleados del Banco Ciudad, volvieron a reunirse en la sede de ATE Capital, convocados por la Agrupación Abdala que forma parte de Bancarios en la CTA. El objetivo es claro, conocer en primera persona los problemas que aquejan a diario a los empleados y entre todos proponer alternativas.

Los plantaeos no han variado, los empleados se sienten ante todo solos, la ausencia demostrada por la CGI, y las pocas respuestas que brindan hoy en día a sus representados y compañeros, alimenta la decepción entre los que una vez creyeron que podía haber un cambio  y trabajar con dignidad.

Hoy todos temen terminar trabajando en un espacio que algunos como el presidente de la institución el Dr.Federico Sturzenegger consideran un sueño, pero que para los trabajadores es una pesadilla.

Poco a poco y con la ayuda de la gremial más algunos «traidores» oportunistas, se logró infundir el miedo entre los empleados, monitoreos de los mail, de las conversaciones telefónicas, de los perfiles del Facebook, todo ha llevado a que muchos prefieran trabajar como sea, pero trabajar, la situación económica ayuda a ejercer un poder cobarde.

Solo unos pocos se animan a romper el silencio, a denunciar con nombre y apellido, a no dejarse pisotear y esa gente merece mi mayor respeto, otros, que desde las sombras tejen conspiraciones, que tratan de intimidar solo pueden ser dignos de compasión, por llevar vidas huecas.

Empleados del Banco Ciudad, está en ustedes generar un cambio o no, muchos de los que hoy conducen y asesoran la institución se dedican a negociar, vienen de hacer dinero como empresarios y piensan así, no les importa el capital humano, hoy más que nunca deben estar unidos, pero también deben identificar a los compañeros que solo piensan en ellos, muchos durante las negociaciones posteriores a las marchas se beneficiaron.

Si están unidos no hay «intocables», hoy nombraron a algunos jefes, pero si esto queda en una charla cerrada no sirve, hay que sacarles la careta a cada uno  de los que día a día hace del banco un lugar de tortura para los que no se alinean en la alcahuetería. Si ustedes no hablan, si no parte de ustedes el cambio, poco pueden esperar de los medios, yo puedo acompañarlos, difundir la realidad del banco, restarle tiempo a mis actividades y hasta exponerme, pero no puedo pelear dentro por ustedes. Espero nos hagan llegar el comunicado que están preparando para los medios y seguir esta lucha con ustedes.

Por más llamados que me hagan para intimidarme voy a seguir investigando y escribiendo, creo que no han entendido que quienes se presten a este juego deberán responder en la justicia por sus acciones, públicamente debo hacer responsables de cualquier agresión a mi persona o entorno a las autoridades del banco, ya que a esta altura deberían haber indagado un poco en manos de quién ponen la seguridad del banco y además entender hasta dónde llegan sus obligaciones.

Es tan sencillo llevar adelante el banco sin necesidad de infundir miedo en los empleados, sin pretender intimidar a un periodista que desde un principio trato de tener un díalogo con las autoridades del mismo sin obtener una respuesta a pesar de las varias presentaciones por escrito. De todo esto, incluidas las intimidaciones ya están en conocimiento muchas organizaciones y políticos, después no van a poder decir que desconocían lo que pasa.

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