Los alimentos suben un 7% y empujan la inflación

  Es el traslado de la devaluación de meses pasados en hipermercados. El aumento en las tarifas y combustibles, las claves de esta nueva alza.

Producto del aumento de las tarifas, combustibles y el traslado gradual a precios de la devaluación, agosto comenzó con una serie de aumentos de hasta el 7% en el sector de los alimentos y bebidas, tanto en las cadenas de hipermercados, como en los supermercados provinciales y los comercios de cercanía (autoservicios y almacenes).

Fuentes de los tres segmentos confirmaron las nuevas remarcaciones que especialmente en lo que respecta a la depreciación del peso, se debe a los listados que la industria envía al sector comercial con los ajustes de los meses anteriores. Un elemento central a considerar es que a partir del salto que registró el dólar desde el miércoles último, se esperan más incrementos para los próximos tres meses, es decir, hasta noviembre.

Desde las grandes superficies comerciales, supermercados provinciales y autoservicios informaron que empresas como Molinos; SanCor, La Serenísima, Establecimiento Las Marías y Quickfood pasaron listados en forma reciente. En todos los canales comerciales, en tanto, también subió el precio del papel higiénico y los huevos.

Desde una de las cadenas dijeron a este medio que «sigue la ola de aumentos. Estamos claramente en el escenario de estanflación». Otras fuentes del retail señalaron que las empresas apuestan todavía por la mayor rentabilidad, a pesar de la baja en el consumo, un fenómeno que se observa muy especialmente en el mercado argentino.

De acuerdo con la consultora Focus Market, los productos que más aumentaron entre junio y julio fueron: Suavizantes para ropa, 14,1%; insecticidas 11,1%; aceites, 10,6%; jugos líquidos, 7,5%; y pan rallado, con un 7,3 por ciento.

Alzas de hasta el 88%

En tanto, en el período enero-julio de 2018, el incremento largamente más elevado se ve en la harina, con el 88%; pastas secas, 42,1 %; insecticidas, 37%; aceite, 36,3 %; y sopas, con el 30,7 por ciento. Luego del último trimestre del 2017 que tuvo un alza frente al año anterior por el cobro de incrementos en las paritarias, vino un período de caídas en el consumo.

«En los supermercados, la situación es terminal porque los proveedores nos matan con los aumentos. Además, las reformas previsional y tributaria no nos han beneficiado, en el consumo en el primer caso (impacto en jubilaciones y la asignación universal por hijo) y a nosotros mismos en el segundo, por el aumento que estamos sufriendo en Ingresos Brutos en las provincias«, expresaron.

Como el gobierno busca desesperadamente contener los precios en este álgido contexto con la divisa en permanente aumento, esta lista de incrementos es un verdadero «mazazo» a las expectativas oficiales y más aún, cuando desde el Ejecutivo dejaron en claro que no hay meta de inflación para 2018.

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