Lomas de Zamora: Inseguridad y operaciones políticas

   Los últimos hechos de inseguridad que por su gravedad trascendieron en los medios de prensa, han sido la oportunidad para fogonear operaciones políticas y así distraer la atención de los vecinos respecto a un incremento del delito en la provincia de Buenos Aires.

Han vuelto los secuestros express, los robos violentos y si bien los medios han focalizado la atención en Lomas de Zamora, han ocurrido asesinatos en Quilmes e intentos de secuestros en Lanús que pasaron sin mayor difusión por estar todo centralizado en Lomas de Zamora.

Que ahora políticos como Massa hablen de que la seguridad en Lomas de Zamora fracaso, no es una novedad, hace muchos años que Lomas de Zamora, es un partido bajo sospechas de corrupción política, judicial y policial, pero lo que resulta peligroso es que con la sangre de las víctimas se haga política, pero mucho peor que por algunos efectivos policiales detectados como corruptos se ponga bajo la lupa el trabajo del resto de los policías, más aún que cualquiera opine cómo deben actuar cuando no tienen el mínimo de experiencia para hacerlo.

Es innegable que existe efectivos vinculados a hechos de corrupción, pero a pesar que a algunos se los aparta de la fuerza o se los detiene, no ocurre lo mismo con funcionarios judiciales y políticos vinculados a los mismos hechos, entonces lo que ocurre es que cambiamos a uno de los responsables y el resto sigue impune y fortalecido, así nada cambia y la única variable termina siendo la policía, la que debe obedecer las ordenes judiciales y políticas, ¿se entiende?.

Si bien Lomas de Zamora es un partido que registra un índice elevado de delitos, hay que opinar con criterio y entender que se trata de un partido amplio, con un territorio extenso que lo lleva a ser uno de los partidos donde por ejemplo la policía se encuentra dividida en dos Jefaturas Distritales, Sur y Norte.

No se trata de un partido cualquiera, es un bastión siempre codiciado desde lo político y desde el plano judicial, ha dado a la política nacional varios funcionarios, posee uno de los negocios más rentables de Latinoamérica con la denominada Feria de La Salada y diferentes personajes suelen operar políticamente para capitalizar cualquier tipo de representación.

No es una tarea sencilla la de la policía en un territorio netamente político y tan vinculado al ambiente judicial, personalmente me ha tocado cubrir reuniones de vecinos reclamando justicia y escuchar de los propios vecinos que el reproche no era al personal policial, sino a las demoras de los funcionarios judiciales en tratar las causas con celeridad.

En cuanto a la prevención, muchos suelen aprovechar la sensibilidad que provocan hechos como el asesinato de Agustín en Villa Centenario para hacer reclamos imposibles de satisfacer a todos los vecinos no solo de Lomas de Zamora sino de cualquier partido que se quiera blindar o saturar con presencia policial, porque la comisión de los delitos no es una cuestión de poner un patrullero por manzana o un policía por cuadra.

A veces algunos se dan cuenta de que la prevención de los delitos pasa también por el trabajo judicial mal hecho, donde delincuentes entran y salen sin sanciones que pueden demorar años hasta una condena, entonces el delincuente no teme reincidir sabiendo que el castigo puede llegar años después y generalmente estos viven el hoy.

Desde hace muchos años, cuando algún agitador proponía destruír alguna comisaría de Avellaneda, advertía de los riesgos negativos para los vecinos de dejarse llevar por personajes que solo buscan lucrar con el dolor, provocar reacciones de policías, dañar un patrullero o la comisaría no mejora nunca la seguridad, tampoco ha sido una solución los pedidos de cambio de jefes policiales, porque lo correcto sería que el jefe que este trabaje, si no lo hace se hagan las denuncias correspondientes no para que lo cambien, sino para que lo desafecten, de lo contrario se genera una calesita sin sentido donde rotan buenos y malos efectivos, siendo una perinola que perjudicará a unos y beneficiará a otros.

No creo en aquellos que promueven marchas, escraches y operaciones mediáticas pero que nunca han puesto su firma en una denuncia, mucho menos cuando suelen aparecer en meses anteriores a una elección y luego desaparecen de acción aún ante nuevos hechos de inseguridad.

Tengo la plena convicción de que Insaurralde no ha tenido ni tiene un plan de seguridad eficiente como no lo tiene Grindetti y mucho menos Martiniano Molina o si vamos a hilar fino ni siquiera Cristian Ritondo, desde el momento que en la provincia en su conjunto el delito ha recrudecido.

Existe una hipocresía social enorme, cuando muchos sin saber cuántas horas trabaja un policía salen a insultar a todos por el solo hecho de ser policías, desconocen las presiones que hora a hora tiene un policía que a mayor responsabilidad mayor es la presión y con más peso los que presionan.

En el último hecho del secuestro del matrimonio de Villa Galicia en Temperley, sin conocer los hechos un sector de la prensa conjeturaba si la policía actuó bien, si no murieron por disparos policiales y tal vez, si la policía no perseguía a los delincuentes esos mismos periodistas hoy estarían hablando de complicidad y corrupción policial. Los propios periodistas en el lugar pudieron observar que el motivo del choque de los delincuentes fue el estado de la calle, responsabilidad del municipio, pero también un hecho posible de quien conduzca a alta velocidad.

Para hacer una critica correcta hay que informarse, conocer los hechos, no conjeturar desde el susurro político y ser objetivos, también tener la valentía de no ser parte de lo que se denuncia se conoce y hacer la denuncia donde corresponde, muchas veces se juzga desde las redes a quienes no han tenido responsabilidad alguna en un hecho y se deja de lado a los verdaderos responsables.

Como sociedad tenemos que definir que policía queremos, porque hay que conocer los recursos con los que cuenta, el respaldo que tienen para su trabajo y entender que confrontar por confrontar no mejora nada.

 

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

 

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