El 11 de abril fue acuchillado y prendido fuego. La hipótesis del accidente quedó descartada con la autopsia e investigaban las grabaciones de las cámaras de seguridad.
El hombre tenía 59 años y vendía pañuelitos descartables para sobrevivir. Dormía en la puerta del banco Santander, ubicado a metros de la plaza Victorio Grigera, en pleno centro lomense. El 11 de abril, su cuerpo apareció calcinado y aún no hay detenidos por el crimen.
En un primer momento se manejó la hipótesis de un accidente pero la autopsia confirmó que tenía “lesiones punzo cortantes, que provocaron hemorragias con incidencia directa en la muerte”.
Esto significa que Miguel fue asesinado y luego prendido fuego, que provocó quemaduras en el 63 por ciento de su cuerpo. Desde el momento en que se comenzó a hablar de un “crimen”, comenzó la búsqueda de sospechosos.
Vecinos habían advertido sobre la presencia de “malandras” en la plaza Victorio Grigera y reclamaron desde un primer momento que se investiguen las cámaras de seguridad. Fueron los primeros en rechazar de plano la hipótesis del accidente, planteada por la Policía.
La Justicia había sumado esa variable a la causa, que está en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 10 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, pero según confirmaron a este medio, aún no hay detenidos.
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