Era el único que faltaba aprehender, ya que el resto del grupo había sido capturado el 26 de enero último con gran repercusión pública, por cuanto había sido detenida su hermana, también integrante de la Policía Local, así como uniformes policiales y armamento de la fuerza.
Desde entonces, se realizaron una serie de tareas encubiertas por parte de personal de la Comisaría Quilmes Séptima, a cargo de comisario Marcelo Walter Marecos e interinamente por el subcomisario Carlos Martin Risso.
Se recordará que en los allanamientos de enero, se logró el secuestro de 14.000 pesos en efectivo; una pistola calibre 9mm con 17 cartuchos; una agenda de mano con anotaciones de transacciones de dinero y sus diferentes destinatarios y deudores como producto de la comercialización ilícita; un chaleco de transporte utilizado por fuerzas de seguridad que contenía 17 cartuchos calibre 9 mm, una riñonera con 142 envoltorios de nylon con cocaína; elementos para el fraccionamiento.
También hallaron documentación del policía prófugo; una pistola calibre 9 mm con 17 cartuchos; correaje completo con juego de esposas idénticas a las empleadas por las fuerzas de seguridad; 160 envoltorios conteniendo dosis de cocaína; dos uniformes completos pertenecientes a la unidad de Policía Local de Quilmes, DNI y credencial policial de la imputada.
Otros 60.000 pesos producto de las ganancias de la actividad ilegal; 77 envoltorios de cocaína, una balanza digital utilizada para el fraccionamiento de la droga; 254 recortes rectangulares de nylon para ser utilizados como contenedor de las dosis; 37 cubos de marihuana que arrojaron un pesaje de poco más de 237 gramos; una billetera que contenía otros 23 envoltorios con cocaína; una bolsa conteniendo cocaína; un revolver calibre 22 largo con 8 cartuchos; una caja con 42 cartuchos calibre 25 y documentación personal del pastor de culto; una planta de cannavis de más de metro y medio, dividida en tallos; una escopeta marca centauro cargada con cartucho calibre 14 y una caja con 13 cartuchos calibre 14.
De aquella diligencia ordenada por la Justicia de Quilmes, y que tuvo trascendencia periodística en medios de prensa televisivo, radial y grafico a nivel local y nacional, se encontraba prófugo el hermano de la funcionaria policial detenida, que también era efectivo de la misma Unidad de Policía de Prevención Local de Quilmes, desde hacía por lo menos dos años, y era quien lideraba la organización delictual.
Fue así que se estableció a través del seguimiento del teléfono celular utilizado por el prófugo, y a través de la apertura de celdas del aparato de telefonía celular, que el mismo estaba merodeando la zona Sur del Conurbano.
El 31 de marzo en horas de la mañana, se logró la ubicación del ex policía en calles Boulevard de los Italianos y Alzaga del partido de Lanús, lugar donde, tras tomar los recaudos de seguridad necesarios, se irrumpió en el domicilio, logrando detenerlo.
La Justicia avaló lo actuado por los investigadores y decidió alojarlo en una dependencia acorde, teniendo en cuenta el hecho de ser un ex funcionario de una fuerza de seguridad y luego de extremar las medidas procesales, la justicia dispuso que quedara en condición de detenido. Se considera así que con la detención del cabecilla, se desbarató por completo la gavilla.
