La Iglesia llamó a combatir la corrupción

Casaretto, exhortó a jóvenes políticos y sindicalistas a desterrar los negociados y la corrupción que suelen caracterizar a la política.

El jefe de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, obispo Jorge Casaretto, exhortó a dirigentes políticos y sindicales jóvenes a desterrar los negociados y la corrupción que suelen caracterizar a la actividad política, al recordarles que ésta es, por el contrario, «vocación» a la fraternidad y bien común.
 
«La política debe dar un medio de sustento para que los políticos no entren en negociados para poder vivir, llevar las cuentas claras y no tiene que ser elemento de corrupción. Los argentinos quieren ver personas dignas y transparentes. Ustedes tienen que convencerse de esto», aseveró el prelado sanisidrense.
 
Al hablar ante unos 70 dirigentes políticos, sindicales y sociales jóvenes, Casaretto instó a usar el poder para «servir a la gente como instrumentos de transformación de la realidad, especialmente de nuestros hermanos más pobres» y no para «usarlo para la autoexaltación o manejar a los demás».
 
«Una cosa es hacer política pensando en que el otro es mi contrincante y otra bien distinta si pienso que es mi enemigo», añadió ayer el presidente de la Pastoral Social.
 
Casaretto dio pautas para la participación política como eje de la transformación social en el marco del XI Encuentro Nacional para Dirigentes Políticos y Sindicales, que se realizó ayer en Luján.
 
El prelado sanisidrense insistió en convocarlos a una «vocación genérica por la fraternidad» y subrayó: «El hombre, la mujer que están en política, en la vida sindical, debe ver las cosas como instrumentos y no como fines».
 
«La vocación es algo más amplio que la ocupación, es casi una misión. Cuando nos «pica el bichito» de que otros pueden vivir mejor a través de nuestro esfuerzo personal. Ahí aparece la vocación. Esta diferencia es importante porque se descubre el bien común y ya ustedes no pueden ser felices si no pueden serlo todos los argentinos», precisó.
 
Por último, monseñor Casaretto reiteró que los políticos deben trabajar por «el fortalecimiento familiar y los jóvenes «ni-ni», que no estudian ni trabajan», además de «luchar contra el narcotráfico, promover el derecho universal al primer empleo y la reforma educativa».
 
En otro panel sobre «La política como medio para construir un proyecto común y el espacio de los jóvenes», las reflexiones estuvieron a cargo de Mariano Pinedo, subsecretario de Integración Nacional; el diputado Ricardo Gil Lavedra, diputado Nacional Unión Cívica Radical; y Alfredo Ferraresi, secretario general del gremio de Empleados de Farmacia.
 
La reflexión final estuvo a cargo de Hernán Escudero, coordinador del Programa Nuevos Dirigentes, y el sacerdote Jorge Luis Lagazio, asesor eclesiástico de ese espacio.
 
«En 2001 estábamos muy frágiles y hoy discutimos un proyecto de país. La vocación política de los jóvenes tiene que ser construir una justicia permanente», destacó Escudero.
 
En tanto, Lagazio aseguró que «estamos construyendo una Iglesia que quiere acompañar la vida con los que expresan su gozo, su sufrimiento, su esperanza. Es gente que está comprometida con el bien común, el servicio, la entrega, la opción por la vida, los derechos humanos. Valoramos el encuentro, lo diverso y lo que tenemos en común.»

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