La banda de Quique: Cobraban para dejar robar y guardaban armas en un santuario

 

La empresa de seguridad privada que manejaba la seguridad en una de las ferias de La Salada estaba compuesta por barras bravas y ex policías, guardaba las armas debajo de un pequeño santuario y cobraba para dejar robar en la zona. Así lo determinaron los investigadores judiciales de la causa que terminó con la detención de administrador de Urkupiña, Enrique “Quique” Antequera, uno de los líderes de la barra de Boca, Marcelo Aravena, y el ex efectivo de la Bonaerense, que estuvo detenido por la causa AMIA, Diego Barreda. Junto a ellos hay otros 9 detenidos, que cayeron en el marco de 30 allanamientos realizados entre este jueves y viernes en distintos puntos del Conurbano y la ciudad de Buenos Aires.

Para los investigadores, esta empresa de seguridad estuvo detrás de situaciones que violentas que en los últimos tres años terminó con una serie de homicidios en esa zona de Ingeniero Budge, en el partido de Lomas de Zamora.

La investigación es encabezada por el fiscal Sebastián Scalera y el juez de Garantías 8, Gabriel Vitale, ambos de Lomas de Zamora.

Fuentes judiciales indicaron a Diarioconurbano.com que en la causa – que no está relacionada con la que mantiene detenido al otro hombre fuerte de La Salada, Jorge Castillo – está acreditado que en Urkupiña y en sus alrededores funcionaba un grupo de personas, algunos de ellos empleados de una empresa de seguridad privada Vae Soli – que obedecía a Antequera, Marcelo Aravena y Roberto Ríos – que “privaron de la libertad a varias personas de distintos sexos y edades, algunas de ellas acompañadas de menores de edad, a quienes señalaban como mechera» ó pungas; reteniéndolas en las instalaciones que se encuentran dentro del referido predio ferial Urkupiña, en contra de sus voluntades, colocándoles precintos en su brazos y donde eran obligadas a soportar golpes de cualquier tipo, víctimas que eran retenidas por un periodo de tiempo, para luego ser liberadas”.

Los investigadores subrayaron un dato llamativo: la empresa no sólo se encargaba de mantener el orden contra los robos a través de fuerza de choque, sino también autorizaban a personas, previos pagos, a realizar los robos en Urkupiña.

La causa estaba con muy poco movimiento desde 2014. Y luego de la detención de Castillo en otra causa, se reactivó. En el expediente está acreditado que Antequera, a través de otros sujetos nucleados en esta empresa ilegal de seguridad, se hicieron del control violento de calles aledañas a las ferias internadas de La Salada, cobrándoles a los puesteros para instalar sus armazones para la venta.

“Todas esas actividades, las realizaban mediante intimidación de armas de fuego. Aparte se pudo acreditar de la investigación que en la feria en cuestión, funcionaba una fuerzas para-policiales, que castigaban con golpes y con armas, a quienes ellos mismos sindicaban, como feriantes que no pagaban. Asimismo, de la investigación, se determinó las diversas actividades ilícitas y roles que desempeñaban los diferentes sindicados”, indicaron las fuentes judiciales consultadas por este portal.

En los allanamientos fueron secuestradas armas y equipos de comunicaciones. En un pequeño santuario a la Virgen de Urkupiña, precisamente, en una especie de sótano, los investigadores tenían el dato que la empresa de seguridad guardaba las armas. Llamativamente, cuando realizaron los allanamientos, el sótano del santuario recién había sido cerrado con cemento. El armamento fue secuestrado en otros allanamientos.

Según la investigación, “la empresa de seguridad, montada en el predio, contaba con handies, motos y camionetas que eran utilizadas como patrulleros o móvil policiales. Así, mientras un grupo se encargaba de cobrar a puesteros, otro grupo armado emplean la violencia física, para lograr sus objetivos. Éstas eran bandas organizadas, que según los testigos pertenecen a grupos de futbol, en especial de Boca, River y Los Andes”.

Otros de los detenidos fueron identificados como Santiago Vélez, Roberto Barraza, Luis Nelson Avalos padre e hijo, Edwin Saravia y el ex policía de la Bonaerense, quien estuvo detenido por la causa AMIA, Diego Barreda.

En el caso de Barreda, según se determinó, realizaba la custodia personal de Antequera. Justamente, es el primer detenido que tuvo a su defensor en los Tribunales de Lomas: nada menos que el ex comisario Juan José Ribelli, también detenido por el atentado a la mutual judía y ex hombre de peso en la fuerza policial bonaerense.

En la causa aún hay más de diez prófugos y los investigadores apuntan a profundizar los alcances que tenía el grupo delictivo desbaratado. La imputación es “asociación ilícita y coacciones agravadas por el empleo de armas y con el propósito de compeler a las víctimas a hacer abandono de su lugar de trabajo”.

La empresa Vae Soli, la cual respondía a los jefes de la feria Urkupiña, llevaban adelante en el interior de esa feria su estructura de mando, como así también su vinculación con facciones de barras que operaban en la zonas aledañas a la misma, indicaron desde la investigación.

La causa tenía poco movimiento y se reactivó luego de una denuncia de la diputada Elisa Carrió sobre corrupción y negociados en La Salada, y una serie de testimonios claves que se sumaron en las últimas semanas.

Se espera que los 12 detenidos sean indagados en el transcurso de este fin de semana por el fiscal Scalera.

 

Por Alejandro Córdoba

Fuente: Diario Conurbano

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