La empresa Kraft Foods, controlante de la ex Terrabusi, insistió ante la Justicia para que desaloje la planta de General Pacheco, tomada por los trabajadores hace poco más de un mes en protesta por 156 despidos, pero los empleados advirtieron que no se irán.
El director de Asuntos Corporativos de la empresa, Pedro López Matheu, solicitó un «pronunciamiento de fondo» de parte de la Justicia para «proceder al desalojo» de quienes mantienen ocupadas las instalaciones.
En ese sentido, advirtió que «es un requisito que la planta esté desocupada y produciendo para que haya cualquier instancia de diálogo» con el gremio, que defiende a los despedidos.
En declaraciones televisivas, los operarios ratificaron que no dejarán la planta hasta que la empresa reincorpore a los 156 despedidos.
Por contrapartida, la reiteración del pedido empresario llegó un día después de que los trabajadores cortaran la autopista Panamericana durante casi ocho horas en reclamo por las reincorporaciones.
La Cámara Penal de San Isidro había frenado la semana pasada el desalojo de la planta y llamó a las partes a conciliar, lo cual había abierto una tregua que acabó rápidamente.
En paralelo, el ministerio de Trabajo provincial intimó a la ex Terrabussi para que pague los sueldos adeudados de la conciliación obligatoria a los obreros despedidos.
Según la empresa, sólo se trata de los haberes «para los trabajadores que no han podido trabajar por culpa de los que están en conflicto y que fueron despedidos con causa».
A pesar de ello de las decisiones judiciales y de Trabajo, el conflicto se mantuvo estancado porque que ambas partes reforzaron su posición con el cruce de acusaciones.
La empresa cuestionó en reiteradas oportunidades que «no hubo decisión de fondo de la Justicia» respecto de la toma de la planta y los trabajadores salieron a las calles a exponer el conflicto.
Según López Matheu, «hasta ahora hubo pronunciamientos sobre el proceso, y por eso no se obtuvo una sentencia que permita proceder al desalojo».
En esa línea, remarcó que «un pronunciamiento de fondo» sobre la toma permitiría «proceder al desalojo» y encaminar una instancia de diálogo.
«Es un requisito que la planta esté desocupada y produciendo para que haya cualquier instancia de diálogo a la que nunca nos hemos negado», subrayó el portavoz de la empresa en diálogo con radio El Mundo.
En cuanto al inicio de las negociaciones, el ejecutivo explicó que «no hubo ninguna invitación al diálogo de ninguna instancia gubernamental», pero garantizó que «si se produce, vamos a ir».
«Es una pérdida importante» la toma de la planta, se quejó López Matheu, pero rápidamente aseguró que «la comercialización de productos sigue, y todavía no habrá desabastecimiento».
