Hace 16 años moría Gilda, la reina de la movida tropical

Un trágico accidente en  la ruta la convirtió en mito justo cuando su carrera estaba en la cima. Dejó discos memorables y sedujo por igual a hombres  y mujeres. Sus fans la siguen venerando. 

Antes de que aquel 7 de setiembre de 1996, hace hoy exactamente 16 años, Gilda partiera para emprender la llamada gira definitiva, en los ambientes tropicaleros ya era considerada la princesita del amor por la dulzura que transmitía en cada una de sus canciones, y poco a poco había comenzado a disputarle palmo a palmo a Gladys, la Bomba Tucumana y Lía Crucet (la Tetamanti, como la había bautizado el conductor de televisión Leonardo Simons, que también falleció trágicamente) entre otras, el preciado cetro de reina de la bailanta.

A puro corazón, con su simpatía y dulzura, Miriam Alejandra Bianchi -según sus documentos de identidad- ya iba en camino de heredar el trono de reina de la bailanta cuando la muerte la sorprendió en la ruta entrerriana. Su famosa pollerita corta ya se había convertido en un símbolo de su seducción. Admirada por las mujeres y deseada por los hombres, Gilda era la gran figura popular que venía asomando con más fuerza.

Corazón Valiente y Fuiste, dos de sus temas más bailanteros, eran los preferidos de los admiradores de esta leyenda consagrada hoy en día en la Santa de los Pobres por los miles de fieles que se acercan hasta su santuario para dejarle una estampita o una donación. Con toda la furia tropical y un amor incondicional de sus seguidores, esta cantante que falleció en la plenitud de su carrera artística ya forma parte de la mitología popular.

La reina de la bailanta

“Era toda una princesita que enamoraba a hombres y mujeres por igual -comenzó diciendo Ariel, del barrio porteño de Pompeya, uno de sus tantos fans que este año cumplirá el ritual de visitar su santuario-, porque ella no competía con las chicas, porque estaba casada y era muy feliz en su vida íntima”.

Sus shows ya eran multitudinarios, convocando a más de 3 mil personas por noche -”era como si hiciera un Gran Rex cada día”, según especulaciones de los productores que la contrataban- en los locales del interior del país donde se presentaba. “Gilda era un fenómeno masivo que no se sabía a ciencia cierta hasta dónde podía llegar. Lo único que le faltó hacer en su carrera fue un gran concierto en un estadio de fútbol”, comentó María de los Angeles, una fans incondicional que asegura haber presenciado no menos de 20 conciertos de la artista trágicamente fallecida.

En el ambiente tropical, donde hasta ese entonces predominaban las mujeres voluptuosas y exuberantes como Gladys la Bomba Tucumana o Lía Crucet, a principios de la década del 90 había comenzado a mandar esta princesita de la pollerita corta llamada Gilda que hacía delirar a las multitudes. Su injusta muerte fue posteriormente un trampolín para que sus canciones se escucharan en cada rincón de la Argentina, donde Gilda -sin proponérselo-, de la noche a la mañana, pasó de ser una cantante popular a un mito que veneran miles y miles de personas.

No Es Mi Despedida, uno de sus hits post mortem, sin quererlo probablemente, es uno de los testimonios que Gilda brindó de su paso por el mundo de los vivos y contribuyó con su música a la cultura popular que le tenía asignado un lugar de privilegio en el corazón de sus fans que año tras año se multiplican incansablemente.

Con una producción de tan sólo 4 CDs grabados, Gilda pasó de ser la princesita del amor a la reina de la movida tropical o reina de la bailanta, en la cual probablemente se haya inspirado Cacho Castaña cuando compuso uno de sus últimos grandes hits musicales y que ahora hace bailar a diversas generaciones de hombres y mujeres consolidando a Gilda como un mito que nunca morirá por obra y gracia de sus fans y admiradores.

Una Eva entre Adanes

Al comienzo de su carrera musical, la relación con sus colegas bailanteros no fue la mejor, ya que Gilda estaba irrumpiendo de manera exitosa en un mundo machista y cerrado. El tiempo hizo que pudiera demostrar no sólo sus cualidades artísticas arriba del escenario, sino que con su calidez, dulzura y humildad pudo generar el respeto de colegas como Antonio Ríos, Alcides, Ricky Maravilla y Pocho la Pantera quienes estuvieron presentes el día de su funeral.

Sus discos Gilda, la Unica; A Dios y Corazón Valiente fueron un éxito total y por este último recibió el disco de oro. El CD Corazón Valiente incluía la canción que la llevó a ocupar el primer puesto en el ranking: Fuiste. Muchos creían que estaba dedicado a un amor perdido en su adolescencia, pero en una de sus últimas entrevistas, la cantante aclaró, sin dar nombres, que se había inspirado en una historia de amor sufrida por uno de sus famosos Adanes bailanteros.

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