Flores: Hallan muerta a la pareja de chinos desaparecida

Fueron encontrados en una casa del Bajo Flores junto a los restos de un ciudadano boliviano que vivía en el lugar. El juzgado de instruccción demoró inexplicablemente las ordenes de allanamiento.

El hallazgo se produjo en una fosa ubicada en los fondos de una vivienda de la calle Zelarrayán 1342, de Parque Chacabuco, donde esta noche efectivos de la comisaría 12 y de los bomberos aún trabajaban en busca de otro cuerpo, ante la sospecha de que allí pueda estar enterrado también el de la esposa.

Sin embargo, fuentes de la investigación señalaron a Télam que no se descarta que en la misma fosa pueda estar enterrado el cuerpo de un ciudadano boliviano que trabajaba como empleado en ese taller textil y que se hallaba desaparecido desde el mismo día que el matrimonio.

La pareja desaparecida desde hace 18 días fue identificada por la policía como el comerciante Chenfang Jin (42) y su mujer Mingzi Wu (45), quienes vivían en la casa de Zelarrayán 1342.

Según las fuentes, el matrimonio tenía montado uno de sus talleres de confección de ropa en ese inmueble, que ayer fue allanado por la policía en búsqueda de la pareja o de algún indicio sobre su paradero.

Una fuente policial contó que durante el allanamiento de ayer, al comisario de la seccional 12, Luis Romero, le llamó la atención que el piso del taller textil había sido recientemente cambiado, por lo que hoy la Justicia ordenó un nuevo allanamiento y la excavación.

Apenas se comenzó a excavar, la policía encontró el cadáver de un hombre y la principal sospecha apunta a que se trata del ciudadano chino desaparecido.

Por eso, los pesquisas creen que allí mismo puede estar enterrado el cuerpo de una mujer que podría ser la esposa del hombre, y no descartan que también se encuentre el de un ciudadano boliviano que permanece desaparecido desde el mismo día y que era empleado en el taller. 

Además de ese taller textil, el matrimonio tiene otros dos talleres ubicados en las calles Bogotá 3642 y Eva Perón al 5811. 

Una fuente de la pesquisa dijo que existen otras cinco personas vinculadas a uno de estos talleres de las que nada se sabe desde hace algún tiempo.

Si bien la desaparición del matrimonio ocurrió la noche del sábado 19 diciembre, la denuncia fue radicada recién el martes 22, cuando los amigos de la pareja comenzaron a preocuparse porque no aparecían y se lo comunicaron a los abogados del matrimonio.

Los letrados Claudia Torrico y Enrique Piragini, quienes tienen al matrimonio Jin como clientes por otras cuestiones legales vinculadas a una clausura de uno de sus talleres, fueron los encargados de denunciar la desaparición en la comisaría 12a. 

«Fueron los amigos de la comunidad china los que nos acercaron su preocupación el 22 de diciembre y ese mismo día hice la denuncia», dijo a Télam la abogada Torrico.

La letrada contó que «lo último que se sabe es que el sábado Jin jugó al golf con amigos de su comunidad en un club de Luján y regresó a su casa».

La camioneta Toyota 4X4 del oriental quedó estacionada en la puerta del domicilio de la calle Zelarrayán con la bolsa de palos de golf en el baúl y a la vista, algo extraño, ya que según la abogada, por cuestiones de seguridad el comerciante tenía la costumbre de guardar su vehículo en un estacionamiento a las 23:00 hs. 

La letrada explicó que hay una vecina que declaró haber escuchado entre las 20 y las 21 de aquel sábado gritos, discusiones, el llanto de una mujer y ruidos de una pelea.

Incluso, como se trata de un PH, escuchó que alguien arrastraba bolsas pesadas por el pasillo. 

Esta declaración es la que le hace sospechar a la policía que la desaparición de los Jin fue forzada. 

La policía ya tiene en la mira a por lo menos un sospechoso, que es un hombre oriental que trabajaba para los Jin como encargado del taller de la calle Zelarrayán y fue visto por testigos merodear el domicilio.

Fuentes de la investigación revelaron a Télam que cuando los primeros empleados de ese taller se presentaron a trabajar el domingo 20 a la mañana, este encargado les dijo que Fabián no estaba y que ese día no se trabajaba, con lo cual ninguno pasó a la vivienda.

Otro testigo dijo haber visto a este hombre baldeando la vereda frente a la puerta de los PH, aquel domingo a la mañana, una actividad que no solía realizar pese a ser empleado.

Además, este hombre dialogó con la vecina que escuchó los gritos el sábado por la noche y cuando la mujer le preguntó si había pasado algo, el hombre le contestó a modo de broma que a veces Fabián tomaba alcohol y «se ponía loco».

Los voceros de la investigación revelaron a Télam que durante la tarde un grupo de peritos de la Policía Científica y del Cuerpo Forense del Poder Judicial realizaron nuevas averiguaciones en la casa en búsqueda de alguna evidencia.

Torrico explicó que teme que se haya perdido alguna prueba porque si bien desde la fiscalía de instrucción que investiga el caso solicitó los allanamientos al domicilio y los talleres, a 24 horas de la denuncia, el juzgado que interviene, el de Instrucción 25, recién accedió a esas diligencias ayer, cuando ya habían pasado 17 días de la desaparición y 14 de la denuncia.

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