Ese es el valor que alcanzó en mayo último el costo de la Canasta Básica Total. Mientras que la Alimentaria de la Ciudad de Buenos Aires por adulto equivalente, la cual determina la línea de indigencia, subió a 3.322,6 pesos.
Esos valores constituyen los límites mínimos de ingreso que por todo concepto –salario, jubilación, pensión, plan social, empleo en negro– deben reunir el conjunto de integrantes del hogar para no caer por debajo de los límites de pobreza, en el primer caso, y de indigencia en el segundo.
A partir del seguimiento de los precios y tarifas de alimentos y servicios esenciales, la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, FIEL, estimó que en mayo último una familia tipo necesitó $1.190 más que un año atrás para poder cubrir el costo de la Canasta de Pobreza. Significó un aumento de 24 por ciento.
Mientras que en lo referente a la cesta básica de alimentos, se encareció en los pasados doce meses en $538,4, equivalente a 19,3 por ciento.
Según esos parámetros, el salario mínimo vital y móvil de $4.716 que rige desde enero para un trabajador alcanza para comprar el 76,6% de la canasta básica total, o, dicho de otro modo, se requiere 1,3 veces ese ingreso base en el hogar para no caer en estado de pobreza. Por el contrario, el SMVM excede en 29,5% el valor de la canasta básica de alimentos.
Los últimos datos del Indec de Distribución del Ingreso de los Hogares dieron cuenta a fines de 2014 poco más del 20% de los hogares reunía ingresos inferiores a un SMVM, pese a que su consumo es equivalente a 3,09 adultos. De ahí que si se consideran dos SMVM el umbral de pobreza se aproximó al 32% de los hogares, más otro 23% que calificaba como indigente, según un estudio del Instituto de Estudios Laborales y Sociales de la UCES.
