Un joven fue procesado por el «abuso sexual agravado» de una niña de 13 años, aunque fue excarcelado bajo palabra y sin exigirle una fianza porque la Justicia consideró que ante la «situación de pobreza y hacinamiento» en la que vive su familia, es el único sostén.
La decisión fue adoptada por mayoría por la Cámara del Crimen, cuyos integrantes concedieron la excarcelación del hombre «bajo caución juratoria», aunque le prohibió acercarse a la víctima.
Los Camaristas Jorge Rimondi y Luis Bunge Campos -con la disidencia de su colega Alfredo Barbarosch- fue procesado por el delito de «abuso sexual con acceso carnal agravado por haberse perpetrado sobre una persona menor de 13 años de edad y aprovechándose de la situación de convivencia preexistente; exhibiciones obscenas agravadas, abuso sexual simple y promoción a la corrupción de menores».
Los Jueces basaron su decisión en antecedentes de la Cámara de Casación, que determinaron que debe procederse a la soltura de cualquier imputado en la medida en que se presuma que no habrá de huir ni entorpecer la investigación.
A pesar de los antecedentes de la Cámara de Casación, el camarista Barbarosch se inclinó, en minoría, por mantener la prisión preventiva del imputado.
Rimondi y Bunge Campos sostuvieron que el «riesgo procesal de fuga presumido por la Juez de grado, puede ser neutralizado con una medida menos gravosa que el encierro cautelar, esto es, mediante la imposición de una caución juratoria».
Además, señalaron que no existen «elementos de entidad para apartarnos del principio general que rige en la materia».
Para establecer que se le exigirá al imputado solamente una caución «juratoria», los camaristas aludieron a «las condiciones personales y socio económicas del imputado, en concreto que con su trabajo y el de la madre subsiste el grupo familiar luego de que falleciera su padre … y vive en una situación de pobreza estructural, con la madre, ocho hermanos y un tío, en estado de hacinamiento».
