Le encontraron fotos y videos donde se ve a posibles víctimas. Ya le probaron 2 crímenes.
El asesino en serie y descuartizador Juan Carlos Aguilar Gómez podría haber asesinado a seis mujeres antes de matar a las dos víctimas por las cuales fue originalmente detenido, la semana pasada en Bilbao. Los investigadores sospechan que el falso monje campeón de Kung habría desmembrado sus cadáveres, según informó ayer con gran despliegue en su primera página el diario El Mundo, en base a datos de la Policía Autónoma Vasca.
Los investigadores ya encontraron en el gimnasio del falso “primer maestro occidental de shaolin” los restos genéticos, la cabeza y bolsas con huesos de la colombiana Jenny Sofía Rebollo (47). En el mismo lugar, el “Monasterio Budista Océano de la Tranquilidad”, Aguilar había torturado con gran ferocidad a la nigeriana Maureen Ada Otuya (29), quien fue rescatada por la Policía pero después murió por los graves heridas.
En el expediente ya se incautaron unas 500 fotos, videos y notas guardados en distintos soportes informáticos. En algunas de las imágenes aparecen otras mujeres “en circunstancias similares a aquellas en las que retrató a Jenny Rebollo. En una cámara tenía 74 imágenes en dos de las cuales aparece la víctima colombiana primero viva y después muerta ”, dijeron voceros.
Ahora se está tratando de identificar a estas seis mujeres que podrían haber sido torturadas y asesinadas por Aguilar. En especial se trabaja sobre una joven que aparece tumbada en una cama, en 25 imágenes fechadas en enero de 2010. En algunas de ellas parece estar inconsciente o muerta.
En otra foto aparece una mujer con los ojos vendados y detrás se ve el cadáver de Jenny Rebollo. Esta persona ha prestado declaración ante la Policía y el juez.
El descuartizador elegía a sus víctimas entre mujeres extranjeras, lo que dificulta su identificación. Se puede dar el caso, explican fuentes de la investigación, de que carezcan de documentación en regla. O que hayan desaparecido sin que nadie las reclamara.
Según informó El Mundo, a Jenny Rebollo se la pudo identificar porque había sido fichada en 2003 por la Policía. Aguilar trató de borrar de su cadáver señas clave como marcas de nacimiento, tatuajes y huellas dactilares.
También por esto es que el jefe superior de Policía de Euskai, Gervasio Gavirondo, sospecha que hay víctimas anteriores. “Se lo veía con ciertas habilidades para alguien que usa una violencia por primera vez. Nosotros trabajamos desgraciadamente con la hipótesis de que pueden haber otras víctimas ”.
Otra de las tareas de la Policía es investigar posibles asesinatos en países donde estuvo el descuartizador. Para eso pidió colaboración a las policías de distintos países –como Alemania– vía Interpol.
