Entre Ríos: Cerró la fábrica de neumáticos Imperial Cord y se acelera la crisis industrial

La fábrica de neumáticos tenía su planta en Entre Ríos. Deja a 41 operarios en la calle. Había abierto en 2001 y no logró superar esta crisis que sigue arrasando con la industria.

La situación en el Parque Industrial de Gualeguaychú (PIG) es compleja. Cada vez más empresas presentan problemas económicos que se traducen en la reducción de turnos y en el despido de empleados.

Esta vez fue el turno de la fábrica de neumáticos Imperial Cord. La empresa abrió sus puertas en plena crisis del 2001 y cerrará sus puertas en enero de 2019. Desde hace unos 6 meses, la fuerte baja en la productividad se vio reflejada en el achicamiento de turnos y horarios para los trabajadores.

De los tres turnos diarios, la empresa debió acotar la grilla horaria por los problemas económicos. Finalmente, el lunes los referentes del Sindicato del Neumático tuvieron una reunión con el dueño de la empresa, Daniel Bornico; la Comisión Interna y los obreros referentes de cada sector.

Fue en ese encuentro que les dieron la noticia del cierre de la planta. Alfredo Migueles, secretario Ejecutivo del Sindicato del Neumático, relató al portal local Federal Al Día que el propietario de la firma les informó que “los números que nosotros teníamos pensado para este mes no eran los que habíamos planificado; por eso surgió la idea de ofrecer retiros voluntarios para los trabajadores”.

“Ellos propusieron una buena cifra y la gente empezó a meditarlo y a aceptarlo porque todos veíamos que laboralmente íbamos para atrás y no podíamos levantar cabeza”, declaró Migueles.

Además, señaló que “la apertura de importaciones afectó muchísimo, sobre todo desde que apartaron al INTI del control de las cubiertas que venían de afuera en nuestro rubro. Ahí empezaron a ingresar al país desde China y a granel; no podemos competir contra eso”.

En cuanto a los factores influyentes para el desenlace de la empresa, desde el Sindicato señalaron que a la apertura del mercado se sumó “el contrabando de cubiertas que entra de países limítrofes y nadie controla. Además, las tarifas nos impactaron mucho. Sale carísimo mantener una planta trabajando para un mercado interno que prácticamente no se mueve. Está cara la materia prima, la logística, los servicios y encima no se vendía; es un combo muy difícil”.

“Han caído empresas de años en el mercado con trayectoria muchísimo más extensa que nosotros, y no han podido sortear el mal momento… ahora nos tocó a nosotros”, resumió Migueles.

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