El Tornú cada vez respira peor

El nosocomio de referencia para tuberculosos no tiene camas. Además, faltan insumos y personal capacitado, y gestiones que deberían demorar meses se postergan durante años. Allí se denuncia que pacientes que deberían permanecer aislados son derivados a atención ambulatoria. En la Ciudad reside la mitad de quienes padecen la enfermedad.

En 1904, el hospital Tornú abrió sus puertas en Buenos Aires, en una zona poco habitada entonces, y fue pionero en su tipo, especializándose en la atención de pacientes tuberculosos, con disponibilidad de 300 camas. El Tornú cambió la historia de la Ciudad de Buenos Aires, ya que allí eran derivados los enfermos de todo el país. Por eso mismo existía el pabellón llamado de las Provincias, donde se internaban mayoritariamente trabajadores rurales que llegaban en pésimas condiciones de salud.

Ahora, poco más de cien años después, la sala de neumotisiología de ese hospital se encuentra cerrada. Su rango, que fue distintivo, se perdió. Y esa sala, justamente, fue una promesa de campaña del PRO; los macristas habían indicado que las obras en el espacio en dos meses estarían finalizadas y que así la sala quedaría en condiciones de ser usada. Sin embargo, pasaron cuatro años y todo sigue igual.

El hospital Tornú es de referencia para pacientes con tuberculosis y al estar cerrada la sala mencionada, no hay camas para internarlos. De esta manera, personas que están en estado grave deben ser derivados al Muñiz, y si allí no hay camas disponibles, quedan bajo atención ambulatoria, poniendo en riesgo su salud y también la de toda la población.

“Este hospital es de referencia en tuberculosis y sistemáticamente tenemos pacientes tuberculosos que hay que aislar. Al no tener una sala de neumotisiología, los aislamos en otras salas y así nos disminuye la disponibilidad de camas. Además, es riesgoso tener a tuberculosos en zonas que no corresponden, ya que contagian”, aseguró un médico que pidió preservar su identidad.

En el sentido de tal declaración apunta el informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (Agcba) sobre la situación del Tornú: “Hay dos baños para doce personas, los techos están en mal estado, las estufas a gas tienen un funcionamiento deficiente y hay estufas eléctricas donadas por el mismo personal”, detalla.

Como si este panorama no fuera lo suficientemente oscuro, el hospital tampoco tiene central telefónica y existen numerosas quejas por la disponibilidad y calidad de los insumos comprados de manera centralizada por el Gobierno de la Ciudad.

La falta de personal que padece el hospital Tornú también reviste gravedad ya que, al igual que en la mayoría de los hospitales porteños, faltan enfermeros. El déficit, en tanto, se cubre parcialmente con la contratación precaria de personal, que no goza prácticamente de derechos laborales. La dotación de enfermería no sólo es crítica en esa área sino también en otras, como terapia intensiva.

Ni camas ni insumos

El nosocomio de Villa Ortúzar es un hospital de referencia en la atención de pacientes con afecciones pulmonares y el segundo centro de atención de pacientes con tuberculosis de la Ciudad, después del hospital Muñiz. Pese a su importancia, también vio interrumpidas sus actividades por falta de insumos vitales para la prestación de los servicios médicos. La carencia de jeringas y medicamentos hace dificultoso el trabajo diario, y tanto médicos como el resto del personal no dudan en hablar de “ahorro” al momento de explicar por qué se dan estos faltantes, que a su turno fueron incluso denunciados en la Defensoría del Pueblo.

“El Tornú es un referente en tuberculosis. Sin embargo, la sala de internación para quienes padecen esa enfermedad está cerrada, en un momento en que esa enfermedad creció en la Ciudad de Buenos Aires así como la desnutrición”, aclaró un referente del personal del hospital a Noticias Urbanas. Cabe recordar que de los casi 12 mil casos de tuberculosis que hay en el país, el 50 por ciento se concentra en la Ciudad.

“Además, otro viejo pedido del nosocomio sigue sin resolverse, que es el del tomógrafo y el endoscopio digestivo, fundamental para las guardias y los pacientes con traumatismos que no pueden ser trasladados de un lugar a otro por los riesgos que esto implica para su salud”, continuó contando la fuente a NU.

Lo básico en el Tornú se vuelve imposible, tal como pudo saber este medio, ya que en la División Patología desde hace un largo tiempo no se cuenta con Xilol y alcohol al 100 por ciento. Sin estos insumos no se pueden realizar procesos de hidratación y deshidratación, posterior coloración y técnicas complementarias tanto en tejidos como en extendidos citológicos.

“Sucede que las piezas y biopsias representan un material único, dado que no se puede pedir la ‘nueva extracción’ de un ovario, un riñón o un pólipo laríngeo”, explicaron en el hospital.

Otra decisión que genera cuestionamientos es que, pese a que el conmutador no fue repuesto, sí se implementó un sofisticado sistema de control de ausentismo que los empleados consideran, cuento menos, “abusivo e invasivo”.

“En nuestra última visita al hospital Tornú, junto a vecinos de la Comuna 15, pudimos comprobar la falta de funcionamiento de la sala de internación del servicio de neumotisiología”, confirmó, por su parte, la diputada del Frente para la Victoria Gabriela Alegre, quien integra la Comisión de Salud de la Legislatura porteña.

“Allí visitamos la sala para doce pacientes, que se encuentra cerrada desde hace cuatro años, cuando fue remodelada. Hoy estaría en condiciones, pero no funciona por la falta de nombramiento del personal de enfermería indispensable para acompañar las internaciones. Otros problemas graves son, por ejemplo, la falta de un tomógrafo”, explicó.

Alegre confirmó además las quejas del personal y señaló que desde 2008 hasta este año la Legislatura ha aprobado en todos los presupuestos la suma necesaria para la compra del tomógrafo que todavía no se ha efectuado y la instalación de una central telefónica, que haría posible que en el hospital se pusiera en marcha el sistema de turnos telefónicos.

“Durante la visita, conversamos con médicos que nos transmitieron su preocupación por no poder internar pacientes que llegan con un cuadro de tuberculosis y tener que derivarlos al hospital Muñiz, que no siempre cuenta con camas disponibles, o indicarles atención ambulatoria, cuando se trata de pacientes que necesitan un total aislamiento. Los médicos y enfermeras también reclamaron por la falta de insumos y medicamentos que existe a partir del sistema de compras centralizadas”, amplió Alegre.

“La falta de prioridad para realizar las inversiones que necesita el sistema de salud, la subejecución del presupuesto que la Legislatura aprueba, la compra centralizada beneficiando a grandes empresas y dejando fuera de las licitaciones a las pequeñas y medianas, los proyectos de negocios inmobiliarios que implican el cierre de varias instituciones como el Udaondo, el Ferrer, el Borda o el Lagleyze, demuestran que la gestión de Mauricio Macri privilegia los negocios por sobre el derecho a la salud de quienes se atienden en el sistema público de salud de la Ciudad de Buenos Aires”, reflexionó la diputada para finalizar.

Casi como un pionero, el hospital Tornú fue el único que atendía a las madres con tuberculosis. Y era por ese motivo que prematuramente se las separaba de sus hijos, para evitar el foco de infección que eran los pulmones y, por ende, la respiración. Al hijo recién nacido se lo separaba de su progenitora y las nodrizas se encargaban de amamantarlos. La maternidad se fundó bajo el mandato de Marcelo T. de Alvear, quien trajo al país un trabajo científico realizado en Francia que explicaba que de 100 madres tuberculosas, 86 hijos se contagiaron la enfermedad. Actualmente ese pabellón está cerrado.

También en emergencia está el sector de cuidados paliativos, que se mantiene por la buena voluntad y generosidad de voluntarios y personas que realizan donaciones.

Sin aire

La Agcba también realizó un análisis exhaustivo de la situación de este efector público y, entre otras cuestiones, detectó que faltaban aparatos de diagnóstico cardiopulmonar y que, por carencia de fármacos, no se practicaban pruebas de laboratorio para detectar el asma.

El trabajo de este órgano de contralor advierte además que “el servicio de cirugía torácica del hospital es centro de referencia y el único que cuenta con cirujano torácico de guardia las 24 horas”, pero presenta “un limitante, la falta de quirófanos”.

Por cierto, la situación de deterioro del hospital viene de larga data y se ancla en los 90: desde 1996 no se practican autopsias por falta de técnicos; el trabajo en la morgue es realizado por camilleros en colaboración porque no hay personal permanente, y en ocasiones, las nueve cámaras existentes resultan insuficientes, por lo que los cuerpos deben ser depositados fuera de ellas, aseguran desde la auditoría brindando un sombrío escenario.

Además, la Auditoría recuerda que “es particularmente grave la ubicación del espacio destinado al archivo de historias clínicas y de defunciones, que deben conservarse por el término que fija la ley. El lugar es húmedo, se encuentra sin ventilación ni iluminación”.

Por Clarisa Ercolano

Fuente: Noticias Urbanas

Un comentario de “El Tornú cada vez respira peor

  1. Es nuestra política PRO: destruimos salud y educación, total repartimos globos y nos votan

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