El presidente de Chicago pidió licencia por tiempo indeterminado

Comprometido por un audio que dejaría ver su relación con la barra, Antonio Fusca busca alejarse por tiempo indeterminado de su cargo.

Antonio Fusca está en problemas. El presidente de Nueva Chicago pidió licencia por tiempo indeterminado y denunció que fue amenazado luego del asesinato del hincha Agustín Rodríguez en medio de una pelea entre facciones de la barra brava del club.

La situación de Fusca se complicó esta tarde cuando se dio a conocer un audio, grabado presuntamente por un barra, por medio del cual quedaría comprobado que el presidente de la institución se reunió con miembros de Los Perales en el club antes de la pelea que desencadenó la tragedia.

Mientras tanto, la Justicia ordenó hoy una serie de medidas para intentar esclarecer quién mató de un “fierrazo” a Rodríguez, ya que hasta ahora no hay ningún prueba directa que vincule a otro joven barra internado con el homicidio, mientras se intenta romper el cerco de silencio y la falta de aportes de los responsables del club.

Además, se buscaba entre las filmaciones de distintas cámaras las imágenes que registraron a los al menos tres atacantes que al momento de los incidentes fueron vistos por vecinos cuando perseguían a la víctima a bordo de un auto Chevrolet Corsa y de una camioneta tipo utilitario.

También se estaban haciendo peritajes sobre el hierro que se usó para matar a Rodríguez y se cotejaban rastros de sangre y huellas que se encontraron en el lugar de los hechos.

Fuentes allegadas a la investigación a cargo del Juez Facundo Cubas dijeron que el Fiscal Marcelo Munilla Lacasa citó a declarar como testigos a directivos de Nueva Chicago para que expliquen el origen de la reunión tras la cual ocurrió el crimen.

De hecho, el presidente del club ya declaró anoche ante los investigadores policiales de la comisaría 42, pero según revelaron a fuentes del caso “no aportó nada, como si hubiera sufrido un repentino ataque de amnesia”. Según un secretario del club, Fusca habría sido “apretado” minutos antes de la batahola y le habrían robado celulares y una “tablet”.

Así, el nulo aporte de la declaración del presidente Fusca, según los voceros, y la ausencia de testigos presenciales y la aparición de otros de dudosa intención complicaban la tarea judicial de dar con el asesino del barra, que tenía 27 años.

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