La víctima, de 25 años, fue hallada en el pozo del baño de su trabajo. La Policía detuvo como sospechoso a otro empleado de la misma fábrica. Fue apresado cuando viajaba en micro hacia Paraguay.
Una joven de 25 años fue hallada asesinada en la fábrica de cerámicas donde trabajaba, en la localidad bonaerense de El Palomar. Por el hecho, la Policía detuvo a un hombre que trabajaba con ella.
El cuerpo de Marisa Sotelo (25) fue encontrado ayer a la tarde. Estaba dentro del pozo del baño de la fábrica donde trabajaba, situada en Enrique Fermi y Carlos Octavio Bunge, en El Palomar. Tenía golpes en el cráneo y la cabeza tapada con una bolsa de nylon, atada a su cuello.
La chica había ido a trabajar ayer a la fábrica, donde era secretaria, y no volvió a su casa. Su madre, preocupada, fue a buscarla. Al llegar a la empresa, relató un vecino, la mujer escuchó música fuerte adentro. Golpeó y nadie salió a abrirle, por lo que volvió a su casa a buscar a otro de sus hijos para que la acompañara. “Cuando lograron entrar, encontraron todo revuelto y llamaron a la Policía”, añadió el hombre.
Poco después, los efectivos policiales hallaron el cuerpo de Marisa en el fondo de un pozo de agua de un metro de profundidad.
Tras el crimen, la Policía detuvo a un compañero de trabajo de la mujer. El hombre fue apresado en Entre Ríos. Iba a bordo de un micro que se dirigía a Paraguay.»El imputado, de 22 años, fue detenido al llegar a la terminal de ómnibus de Concordia, cuando viajaba en un micro a su país de origen», dijo Perrone.
Marisa y el sospechoso detenido fueron loss únicos empleados de la fábrica que ayer se presentaron a trabajar. «Eran las únicas dos personas que estaban en la fábrica, habían ingresado a hacer horas extras a las 8 de la mañana y se iban a quedar hasta las 12 del mediodía», relató el comisario Perrone.
El jefe policial destacó que pudieron hallar al sospechoso «gracias a la denuncia del remisero que anoche lo llevó desde su casa hasta la terminal de micros de Liniers y a quien le parecieron sospechosas las heridas que presentaba en la cara y los brazos».
El remisero contó que le llamaron la atención las heridas que presentaba el joven. «Tenía como rasguños en la cara, el cuello y los brazos», dijo. Y agregó que cuando le preguntó cómo se había lastimado, el muchacho le dijo que se había caído de una escalera.
También indicó que el joven «parecía estar muy apurado” porque “debía tomar en forma urgente un ómnibus”.
(Fuente: DyN y Télam)
