El hecho ocurrió en un departamento de la calle Constitución 1734. Fuentes policiales sospechan de la pareja de la mujer.
Dos mujeres fueron encontradas muertas en un edificio de la calle Constitución 1734. Romina de 45 años y su hija Abril, de 20, fueron asesinadas a cuchillazos por causas que aún se desconocen.
La puerta de acceso a la vivienda estaba cerrada con llave por lo que los investigadores sospechan de la pareja de la mujer.
Según algunos vecinos “El viernes, los vecinos escucharon gritos y pedidos de auxilio, pero no fueron tenidos en cuenta ya que en el barrio es común las peleas entre bandas de narcotraficantes. Ese día habrían muerto estas dos mujeres pero esta mañana fueron retirados de la vivienda”.
Elizabeth Wilson (de 40 años), conocida como Romina por el núcleo familiar y de amigos, junto su hija Abril (de 19), fueron brutalmente asesinadas a puñaladas. Las sospechas son muy fuertes y el principal apuntado como asesino es Juan José Campos, el novio de la madre, que en este momento se encuentra prófugo de la Justicia.
Según narró Domingo, el padre de Romina y abuelo de Abril, en el último tiempo se había enterado que Campos trabajaba en la emblemática pizzería porteña Las Cuartetas.
El asesinato a madre e hija ocurrió en la noche del jueves 19 de febrero. Una aparente discusión hizo estallar todo y las ultimó a puñaladas. El intento de defensa y los gritos desgarradores alertaron a los vecinos. Por eso, una vez que el agresor terminó su aberrante tarea, se hizo pasar por su novia Romina, le agarró el celular y le mandó un mensaje de WhatsApp a una vecina, que decía: “¿Escuchaste los gritos?”. Ese texto desorientó a los vecinos, ya que el hombre fue el primero que salió al pasillo y que intentó dilucidar lo que había pasado. Llamaron a la Policía y, como todo se había calmado, los efectivos de la Federal enseguida se fueron del departamento ubicado en Constitución 1734. Al día siguiente, el viernes, los vecinos vieron entrar a Campos con bolsas de comida, es decir que como si nada siguió habitando el 3° piso del departamento. En las primeras horas de ayer, tras la incertidumbre de no saber donde estaban y las sospechas por los gritos de cuatro días atrás, la Policía ingresó al departamento que estaba cerrado con llave y encontró a la hija en la bañera y a la madre entre un sillón y la pared.
