Leyendo una comparativa muy ocurrente, en eso de comparar personajes relevantes de la historia, con algunos líderes actuales, encontrando diferencias sustanciales, me vino a la mente, el Coordinador de Seguridad del Banco Ciudad, quien se cree un General, pero solo dió para Subcomisario, tal vez se llenó de sueños en su paso por la Subjefatura de la Policía Federal, pero no pudo ser.
Tal vez en eso de que la vida da revancha, aterrizó puesto a dedo en el Banco Ciudad, eyectado una vez más del Banco Macro, con la idea de armar una especie de comisaría en la coordinación, se sumaron policías por adicional a tareas propias de empleados del banco y se fomento el alcahueterismo, la traición y el espionaje, tal como lo denuncia una y otra vez la Comisión Gremial Interna y los empleados.
Lamentablemente, Eduardo no comprendió que un líder no se puede hacer de un día para el otro, y un buen jefe tampoco, urgar en las personas y conspirar para dividir, alentar el maltrato laboral o el acoso, no solo es de un mal jefe, sino que cuando no se reconocen los hechos y se buscan excusas pueríles, sin asumir las obligaciones y responsabilidades del cargo se es también un pusilánime y tartufo.
En breve nos ocuparemos en detalle de este señor que no ha hecho otra cosa que demostrar una y otra vez que no es la persona apta para el cargo que ocupa, solo en una gestión tan desprolija e irresponsable se explica que alguien así continué en su cargo, generando problemas laborales, premiando a ineficientes empleados en sus funciones específicas por el solo mérito de ser mercenarios delatores y generando gastos al banco por no poder llevar adelante correctamente la conducción de la coordinación y sus recursos.
Pero mejor vayamos a lo que motivo la nota de opinión.
«Napoleón Bonaparte durante sus batallas siempre usaba una casaca de color rojo.
Para él, era un detalle importante porque, en caso de ser herido en combate, su casaca roja disimularía las manchas de sangre y sus soldados no se preocuparían por atenderlo ni dejarían de luchar.
Toda una prueba de liderazgo y valor…
Doscientos años más tarde, personajes como Gutiérrez y sus laderos, utilizan siempre un pantalón marrón…
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
