Detienen a pareja de policías bonaerenses por matar a compañera

Un inesperado vuelco se produjo este martes en la causa que investiga la muerte de la joven suboficial Valeria González, quien apareció hace ya diez años muerta con un disparo en la cabeza en cercanías de la estación de trenes de Tolosa. 

Los compañeros de la seccional Sexta, fueron quienes instruyeron entonces un sumario por «suicidio». A los pocos años se descubrió que habían fraguado las actuaciones y los juzgaron por encubrimiento. 

Pero del caso no se supo más nada, hasta este martes, que el Fiscal platense Juan Cruz Condomí Alcorta, recaratuló el caso de suicidio a homicidio y pidió la detención de quien fuera el novio de Valeria, el Oficial Juan Carlos Beck y de Débora Vizcarra. 

Al momento del hecho, Beck era el novio de Valeria González. Y a través de diversa prueba testimonial, y pericial se comprobó que luego de haberle provocado el disparo, adulteraron junto a Vizcarra, pericias para hacer aparecer el caso como un suicidio. Vizcarra era amiga y compañera de trabajo de la víctima. 

El giro en la investigación se produjo luego de que la causa pasara a la fiscalía 5 de Condomí Alcorta de la fiscalía 4, donde permaneció allí más de diez años sin mayor movimiento. 

Las detenciones fueron ordenadas por el Juez de Garantías, Guillermo Atencio. Fuentes de la DDI indicaron que la pareja de policías fue detenida este miércoles en la seccional de Villa Elisa. 

La pareja de uniformados quedaron detenidos por el homicidio de su ex compañera de fuerza, y este jueves serán indagados por el Fiscal. 

La causa, en principio, fue investigada por el ex Fiscal y hoy Juez de Casación, Víctor Violini. Desde el principio el Fiscal notó irregularidades en el accionar de los policías que estaban en la investigación. 

El cuerpo de Valería González apareció con una campera celeste cuando los peritos la habían visto con un buzo azul. 

Además, en la manga izquierda de la campera había sangre, a pesar de que el charco de sangre, a causa del disparo en la sien, estaba del lado derecho, evidenciando que el cuerpo había sido movido. 

El buzo azul no apareció. Tampoco el plomo que atravesó el cráneo, ingresando por la sien derecha. 

El arma sí fue encontrada, como “depositada” en la mano de Valeria González. 

El cuerpo fue hallado en las calles 1 entre 518 y 519, frente a las vías del ex ferrocarril Roca, cerca de la estación Tolosa, antes de que llegaran los uniformados. 

En el 2004 los investigadores aseguraban haber reunido pruebas e indicios para descartar un suicidio y encuadrar el caso como homicidio, aunque faltaban evidencias para encaminar la pesquisa para desentrañar quién o quiénes mataron a la policía. 

En la causa se acreditó que la posición en que se halló el cadáver y el arma era compatible con la hipótesis del suicidio; esto sumado a que el plomo que ingresó en la cabeza de la policía nunca fue hallado. 

Rolando González, el padre de la víctima, que intervienen en la causa como particular damnificado, desde el comienzo de la causa sospecharon que a su hija la mataron. También impulsó la formación de una ONG «Padres del Dolor» desde donde comenzó a acelerar y peticionar por el cambio de calificación de suicidio a homicidio. 

El primer Fiscal de la causa, Violini alcanzó a indagar a cuatro policías que participaron en las primeras diligencias investigativas. 

Se trata de los efectivos Rodolfo Fernández, Víctor Hinojo y Sergio Giusti, que fueron los primeros en llegar al lugar, habrían cambiado de ropa y de posición el cadáver, y además no habrían realizado las medidas necesarias para preservar el lugar del hecho. Ellos ya fueron condenados en año 2009.

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