Detenidos soportan hasta catorce horas en la Alcaidía del Palacio de Justicia para participar en una audiencia judicial

Unidad-28-SPFEl Ministerio Público Fiscal de la Nación elaboró un informe tras relevar la situación de 531 personas privadas de su libertad.

El Ministerio Público Fiscal de la Nación –MPFN- informó que en la Alcaidía del Palacio de Justicia los detenidos soportan, en promedio, más de catorce horas para participar en una audiencia judicial. La Procuraduría de Violencia Institucional –PROCUVIN-  del MPFN elaboró un informe tras relevar la situación de 531 personas privadas de su libertad. Desde el PROCUVIN señalaron que el menor tiempo registrado de una persona en la Alcaidía del Palacio de los Tribunales fue de cinco horas y cuarenta minutos y el más extenso correspondió a personas que pasaron 20 horas y 44 minutos.

“Un promedio de catorce horas y media pasan en la Alcaidía de los tribunales porteños las personas encerradas en distintos penales que son trasladadas a esa sede judicial para participar en audiencias con magistrados que no llegan a durar más de una hora, lo que convierte al procedimiento en «un motivo más de aflicción física y emocional en el marco del encarcelamiento», advirtió la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin).

La información es el producto del monitoreo realizado sobre ese centro de detención judicial en el marco del habeas corpus interpuesto por la Procuvin, la Unidad Fiscal de Ejecución Penal y el fiscal de Instrucción Sandro Abraldes tras dos inspecciones llevadas a cabo el 2 de septiembre y el 3 de octubre pasado, en las que constataron condiciones infrahumanas de alojamiento en la Unidad 28 del Servicio Penitenciario Federal, situada en la principal sede tribunalicia porteña.

La cantidad de horas que una persona detenida debe pasar en ese lugar para entrevistarse con un funcionario judicial o participar de una audiencia es uno de los puntos que intenta corregir la Procuvin, con la finalidad de lograr que los sistemas judicial y penitenciario brinden un trato digno a quienes están sometidos a encierro.

El informe elaborado por la Procuvin -en base a información del Servicio Penitenciario Federal- aborda cada una de la variables que inciden en ese panorama y hace propuestas al Poder Judicial y al SPF para el mejor funcionamiento de una unidad carcelaria que está pensada para el paso y no para el pernocte.

El estudio está basado en los casos de 531 personas que transitaron durante diciembre por la Alcaidía de Tribunales, de las cuales el 94 por ciento fueron hombres. Un 55 por ciento de quienes recayeron en la U28 provenían de las cárceles federales I, de Ezeiza, y II, de Marcos Paz, distantes a 40 y 68 kilómetros, respectivamente, del centro de detención judicial. Para la Procuvin, ese dato es trascendente, pues «a los tiempos de permanencia en la Unidad se deben sumar los tiempos de viaje».

«El vehículo de traslado no siempre recorre linealmente el trayecto entre el Complejo y la U28 sino que hace diferentes paradas y desvíos en virtud de recoger personas (o devolverlas en el caso de los regresos) de otros establecimientos, todo lo cual prolonga aún más la duración del trayecto estimada sólo en base a la distancia geográfica», agrega el documento.

El traslado, un maltrato

La Procuvin señaló que el menor tiempo registrado de una persona en la U28 fue de cinco horas y cuarenta minutos y el más extenso correspondió a personas que pasaron 20 horas y 44 minutos, «es decir, casi un día completo, que excede a más de un día si se considera el tiempo de viaje entre la unidad de procedencia y la de destino».

Los datos muestran que sólo un 9 por ciento de las personas pasaron entre cinco y ocho horas, mientras que el resto, entre 8 y 14 horas (46 por ciento) y más de 14 (45 por ciento).

Además, el 45 por ciento de todas las personas que circularon por la U28 lo hicieron para comparecer ante tribunales orales, mientras que un 38 por ciento estuvo transitoriamente para asisitir a juzgados de instrucción.

El horario promedio de ingreso a la Unidad es las 7.45 y el rango de arribo se registra entre las 5.20 y culmina a las 14.35. El 54% de los detenidos arribó a la Unidad antes de las 7 de la mañana y el 77% de quienes llegan a la Alcaidía de Tribunales antes de las 7 de la mañana son detenidos alojados en complejos penitenciarios del Gran Buenos Aires.

La Procuvin pone de relieve que «esto conlleva que deban ser levantados a muy tempranas horas (si es que duermen) como las 3 o 4 de la madrugada, que sean alojados en celdas de tránsito que homologan jaulas sin baño, lugar de descanso, calefacción o servicios básicos, y pasen casi toda la noche en camiones de traslado alterando su debido descanso, sus actividades rutinarias en la cárcel (trabajo, educación, visitas) y que hace al traslado un motivo más de aflicción física y emocional en el marco del encarcelamiento».

A quien madruga nadie lo ayuda

La mayoría de las personas detenidas llegan al penal a primera hora por la invariable orden judicial al SPF que requiere el «traslado en el primer camión». Pero «los detenidos esperan en promedio cuatro horas y dieciseis minutos desde su momento de arribo a la U.28 hasta el momento en que son atendidos por las dependencias judiciales», constató la Procuvín con el análisis de los 531 casos de diciembre. La Procuraduría advirtió que el horario promedio de atención en tribunales es las doce del mediodía. «De aquí que quienes más temprano llegan, más tiempo deben aguardar», concluye.

El estudio repara en que quienes llegan antes de las 7.00 deben aguardar casi cinco horas y media y quienes arriban después de las 10.00 esperan poco menos de dos horas a ser recibidos en las dependencias que los citaron. Y, de esa forma, deja al desnudo la dinámica del trabajo, que «da cuenta de prácticas de desidia y maltrato que transforman a la práctica de los traslados a audiencia judicial en una situación preocupante desde el punto de vista de los derechos de las personas detenidas», denunció la Procuvin.

Por otro lado, la Procuraduría descubrió que los tribunales de menores son los que más demoran en recibir a las personas detenidas, con seis horas y cinco minutos de promedio, seguidos por los juzgados de instrucción (cuatro horas y 41 minutos), los defensores (cuatro horas y 21 minutos) y los tribunales orales (tres horas y 45 minutos).

Para la Procuvin, la demora en atender a jóvenes detenidos que revela el estudio es «otro factor de padecimiento de un colectivo vulnerable».

El promedio de duración de las audiencias, en tanto, es de una hora, mientras que «el tiempo que las personas aguardan desde la finalización del comparendo hasta dejar la Unidad es de 10 horas y 34 minutos».

El cuadro del estudio se completa con el horario de salida promedio, que se ubica a las 22.11 y que está «claramente desvinculado de la actividad judicial». Pero ese promedio esconde la situación de un 27 por ciento que dejó la U28 entre la medianoche y las 3.00.

«Sería pertinente coordinar el arribo a la Unidad con los horarios reales en los que se desarrollarán las audiencias, así como mejorar el circuito de retorno a las unidades o complejos de origen con el fin de evitar largas esperas una vez concluidos los comparendos», sugiere la Procuvin.

Gran reducción del pernocte

Por otro lado, la Procuvin informó que, con el habeas corpus, se ha logrado bajar al diez por ciento la cantidad de pernoctes en esa unidad carcelaria en abril de 2014. Como resultado, más del 90 por ciento de las personas detenidas que pasan por la Alcaidía de Tribunales -un lugar de tránsito y no de pernocte- no permanece por la noche en esa unidad penal del Servicio Penitenciario Federal (SPF).

Antes del recurso formulado por los fiscales, la cantidad de detenidos que llegaban a pasar al menos una noche en el lugar era casi el 60 por ciento. Los fiscales detectaron casos de personas que estuvieron en ese lugar hasta diez días.

Este es un punto sobre el que ya se habían anunciado avances, que se profundizaron con el tiempo. En diciembre pasado, se había logrado reducir el pernocte a un promedio de entre 1 y 3 detenidos de cada diez.

No obstante aquél progreso, la Procuvin abogó por eliminar definitivamente los pernoctes en esa unidad carcelaria con la adopción de «un marco regulatorio junto con un férreo control institucional que permita acabar definitivamente con los pernoctes, tanto por ser la Unidad 28 un lugar exclusivamente de tránsito, como por lo acordado entre diversos organismos judiciales y del Ejecutivo respecto de lo nocivo de esta situación».

Recomendaciones

La Procuvin sugirió al Poder Judicial de la Nación «adoptar medidas para modificar la situación, tanto a través de recomendaciones a los magistrados como también en la elaboración de un encuadre reglamentario y un manual de procedimientos para la Alcaidía, que incorpore y haga operativos los estándares de derechos humanos y de derechos de personas privadas de libertad».

En tanto, indicó que el SPF debería elaborar y presentar «propuestas de mejora» para los puntos que «continúan siendo causantes de agravamientos en las condiciones de detención».

Y, en ese sentido, la Procuvin advirtió «la intención de realizar nuevas inspecciones y mediciones en corto y mediano plazo» para evitar que por «la inercia del funcionamiento de las instituciones, las condiciones retornen a las constatadas en la instancia previa a la presentación judicial».

Finalmente, la Procuvin marcó como «preocupante la mala calidad de la información registrada y brindada por el SPF, especialmente en cuanto a la sensibilidad de los datos relativos a personas privadas de libertad», dado que «el nivel de errores, omisiones, inconsistencias e incoherencias en los datos relativos al movimiento y alojamiento de personas constituye una situación inaceptable desde el punto de vida legal, formal e institucional». Y describió a «esta dimensión administrativa» como «un agravamiento de las condiciones y la vulneración de derechos, al no poder dar cuenta en forma rigurosa del universo de personas involucradas».

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