La número dos del mundo, Serena Williams, terminó de mala manera su participación en el Abierto de Estados Unidos ante la belga Kim Clijsters, luego de amenazar a una de las juezas.
Cuando iba por detrás en el marcador tras perder el primer set (6-4) y con 6-5 en el segundo, con el servicio de su parte pero 15-30 para su rival, la juez de línea señaló una falta de pie en el segundo saque a la estadounidense, lo que suponía la doble falta y dos puntos de partido para la belga.
La tenista estadounidense lo resolvió con una amenaza a una juez de línea, a la que señaló con la raqueta y amenazó con un «te voy a matar» (según confesó la juez de línea a la juez árbitro, Louise Engzell).
Engzell consultó con el juez principal, Brian Earley, y determinaron, a falta de, al menos un punto por jugar, la descalificación de la vigente campeona y el pase a la final de Clijsters.
Al parecer Serena, no es tan serena, y deberá reflexionar algunas de sus conductas deportivas y personales.