Derecho a réplica de la familia Gómez

casa-y-carbonería-familia-GómezEsta mañana recibí un llamado de un número anónimo donde la voz de una mujer se presentaba como una de las hijas del imputado Juan Ramón Gómez, la que quería aclarar que no son una familia de asesinos y pretendía que se suprimiera el renglón donde como periodista, le solicitaba a la justicia que adopte los recaudos necesarios para evitar la fuga del imputado o de su hijo.

La señorita que brindó muchos datos de los que no se quería hacer cargo, aseguró que el responsable del accidente fue el joven Michelle Ledesma, ya que manejaba la moto sin casco y sin luces, asegurando que su padre circulaba despacio y al doblar el chico con la moto lo choca a él.

Luego de que me leyera la nota para que compruebe que nunca traté de prófugo a su padre, comenzamos a aclarar ciertas dudas, por ejemplo, ella aseguró que los que fueron a romper y robar a su casa responden a la barra brava del club Lanús, ante el requerimiento de que identifique a los mismos se niega, hasta que para demostrar que es verdad nombra a un barra de apellido «Mollo».

Según la joven, estos tres barras son conocidos en el barrio por ocupar propiedades y generar estos disturbios, según ella, cuentan con la complicidad de la policía que siempre se muestra inactiva y hasta encubre a estos delincuentes, aseguró sin dar nombres específicos, sí aclaró que estaban todos denunciados por amenazas y daños, que con su familia no podían ni siquiera cambiarse la ropa.

Reconoció e incluso aseguró que en la causa judicial su padre y hermano reconocieron haber movido el auto y retirarse de la escena, perjudicando así el trabajo de los peritos, a la pregunta a qué se dedica su padre dijo que es jubilado, negó que en el lugar hubiera autos de alta gama como aseguraron algunos vecinos, reconociendo la existencia de tres vehículos, una camioneta Partner, un Clío y una Frontier.

Aseguró que están buscando un abogado penalista que los represente y que tienen pensado realizar una marcha pidiendo que se investigue.

Luego la comunicación se cortó, pero ya se habían agotado los temas por aclarar.

 

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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