Cuando el Estado y la justicia pisotean la sangre de las víctimas

sangre-víctimasHace muchos años que uno de los principales temas que preocupa a los argentinos es la inseguridad, han pasado varios gobiernos que nos han llenado de promesas y que solo han reaccionado ante reclamos en las calles, reacciones que por ser solo eso, reacciones sin un plan no tuvieron ninguna mejora en lo que a prevenir la inseguridad se refiere.

Es una dura realidad que las elecciones políticas no han colaborado en nada a solucionar el problema, el pueblo ha elegido representantes que han priorizado sus intereses por sobre los de la Nación, con esto, la situación del día a día de los ciudadanos que salen a trabajar, a estudiar o bien a divertirse no ha cambiado, sea a pie o en vehículos, la mayoría de los argentinos estamos expuestos a ser víctimas de delincuentes que cuentan con la ventaja de poder disponer no solo de nuestros bienes, sino también de nuestras vidas.

Si es cierto que los legisladores, se rodean de asesores sin conocimientos, que no se han tomado en serio el trabajo de legislar con profesionalidad en ir al fondo del asunto de la inseguridad, no menos cierto es que muchos funcionarios judiciales, hacen su trabajo de la peor manera posible, en un mundo donde empresas privadas poseen información de sus usuarios, bases de datos increíbles que recopilan gustos, preferencias y hasta intimidades de usuarios de servicios de redes sociales o de mensajería, en la Argentina, la justicia no tiene elementos para poder hacer una simple investigación.

En los últimos hechos judiciales ha sido el periodismo el que ha marcado el rumbo de las causas judiciales mediáticas y es allí donde los argentinos deberíamos preguntarnos ¿dónde estamos parados? y quienes nos cuentan lo que pasa. Porque no menos cierto es que tenemos un periodismo llevado adelante por algunos “periodistas importantes” que han hecho del periodismo un nuevo concepto de lo que es ser mercenario, tanto de un lado como del otro.

Cuando uno vive de cerca los hechos de inseguridad, cuando no hay alguien que no haya vivido en carne propia lo que es no solo que te roben, sino que te humillen, que te lesionen o incluso que le quiten la vida a un ser querido, entonces no se puede seguir siendo tan pasivo como si la vida fuera una película o una serie de ficción.

Naturalizar el delito, creer que todo pasa porque hay que cambiar las leyes es la excusa más sencilla, trillada y cómoda para que nada cambie, es una obviedad que se necesitan adecuar muchas de las leyes, pero lo primero, lo urgente y obligatorio, es que los funcionarios judiciales, fiscales y jueces entiendan que deben cumplir con su trabajo, que no se trata de simplemente administrar justicia disfrutando de ese “halo de impunidad” que dan los fueros, que no se trata de creerse que están por sobre el resto de los ciudadanos y que estos tengan que rogarles justicia, se trata de que de una vez por todas entiendan que los funcionarios, magistrados entiendan que son empleados del Estado y que por tanto ustedes deben dar explicaciones por su trabajo a los ciudadanos, que no se puede hablar con demagogia sobre los derechos de las víctimas cuando ni siquiera son escuchados o recibidos por personajes que creen que el cargo les pertenece, fiscales y jueces deberían revalidar con su trabajo el cargo tan honorífico que ostentan, porque de otra manera la comodidad de saber que hagan lo que hagan no los afecta, los aparta de ser eficientes.

Y antes de que algún mentiroso diga que hay consejos y procesos para remover a los funcionarios que son denunciados, sepan que como todo es política, hemos tenido que soportar a ineficientes y sospechados de corrupción por los “padrinos” políticos que siempre les tendieron una mano, ejemplos abundan y a pesar de ello, muchos magistrados se fueron con su jubilación inmerecida a disfrutar de bienes que jamás justificaron, sellando así un pacto de silencio y complicidad.

Cuando en los últimos hechos de sangre ocurridos por ejemplo en la zona sur, uno lee que los fiscales, responsables de la calificación legal del delito que deben investigar, caratulan una causa donde en un robo la víctima recibe varios disparos que lo dejan al borde de la muerte como “Robo Calificado por el uso de Arma y Lesiones”, uno empieza a preguntarse si esa sangre en la escena no tiene importancia alguna para estos funcionarios, la interpretación y la valoración de los hechos, no puede quedar sujeta a quien desde un sillón o desde la comodidad de su casa da directivas como si se tratara de la lista del supermercado. Los familiares de las víctimas tienen que esperar horas a los peritos, ver la sangre secarse en sus puertas, pisos o paredes, mientras escuchan a policías que no han sido formados para tratar una escena del crimen, que hacen comentarios desubicados o cuentan chistes frente al dolor de quienes ya temen salir de sus casas.

La Procuración General de la Provincia de Buenos Aires ya no puede seguir siendo solo un órgano que sea una institución ineficiente, debe en la provincia de Buenos Aires ejercer un control de autoridad sobre los fiscales, debe verificar la capacidad de los mismos y mejorar los controles internos, no se trata de interferir en las causas judiciales, sino de que las mismas sean llevadas adelante por profesionales capacitados y despojados de toda sospecha, si el sospechado es quien debe investigar, entonces el resultado no puede ser otro que la duda y la incertidumbre.

La Procuración y el Estado encabezado en este caso por el ejecutivo deben escuchar a los ciudadanos y sus reclamos, la gobernadora María Eugenia Vidal debe demostrar el cambio con hechos concretos y no solo con anuncios de mejorar a un futuro que presentado así es incierto y no se puede seguir jugando a la prueba y el error mientras la sangre de los vecinos se derrama en las calles de la provincia de Buenos Aires, no se mejora la labor policial profundizando internas policiales, donde parecería que recién ahora hay denuncias internas de corrupción, que suelen terminar en la nada misma, porque el castigo es el retiro anticipado de la fuerza, pero al igual que otros corruptos, se van a disfrutar de lo que no pueden justificar y con eso se termina la depuración.

Son los ciudadanos los que no pueden seguir permitiendo que los lleven al enfrentamiento berreta de que esto es culpa de los peronistas, los radicales o los macristas, esto es culpa de una sociedad que se desgasta en discusiones sin fundamentos, hay que aprender a pensar y a valorar que el corrupto es corrupto y que generalmente la ideología es más una cuestión de oportunidades que de convicciones, de otra forma no se entenderían los saltos políticos de algunos que son funcionarios del gobierno de turno y que incluso acomodan sus discursos al amo de turno.

La sangre derramada de las víctimas nos debe doler a todos, nos debe impresionar a todos porque nadie sale con un logo en la frente a la calle, porque las balas le entran igual a todos y porque de una vez por todas hay que entender que la corrupción MATA.

 

 

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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