Continúan los relatos de la mujer que dice haber sido secuestrada por su novio, golpeada y violada

Una mujer denunció que el hombre no soportó la separación y la secuestró de su casa en Caballito, la llevó a una vivienda en Monte Grande, donde la golpeó, le arrancó un piercing con una pinza y la sometió sexualmente en reiterdas oportunidades. Un cura, clave en la liberación de la víctima.

Fabiana, de 20 años, denunció que Roberto Currado, de 50, con quien había finalizado su relación sentimental hacía cinco meses, la secuestró, la torturó y la violó reiteradamente durante cinco días.

Según la denuncia, el hombre, que trabaja de seguridad en una discoteca de Puerto Madero, no soportó la separación y se dirigió al domicilio de la mujer en el barrio porteño de Caballito, se la llevó por la fuerza hacia su casa en la localidad bonaerense de Monte Grande, la encerró, la torturó y la sometió sexualmente.

La joven recién pudo liberarse el pasado domingo, luego de que el hombre la llevara al hospital Durand para hacerse unas curaciones y le sugiriera ir hacia una capilla en el nosocomio para que se confesara.

Ella aprovechó para contarle la historia al sacerdote, que le pidió que llamara al hombre para confesarse también mientras ella se escapaba. Currado persiguió a su ex hasta Caballito, pero fue detenido por un policía de la zona.

“Me obligaba a tener sexo, me golpeaba, me hacía mucho daño. Me maltrataba todo el tiempo, me volvía a golpear, en los riñones, en el estómago. Tengo hematomas en el cuerpo”, contó Fabiana al canal Crónica TV.

En uno de los ataques su ex, que llegaba a violarla «como cinco o seis veces por día en la casa de él», hasta le arrancó con una pinza el aro que ella tenía en el labio.

Sobre su escape, relató: “Estuve toda la noche sin dormir para poder escapar de él. Tenía que ir al hospital Marie Curie y después fuimos al Durand porque hay una capilla y él quería que me confiese. Hablo con el cura y le cuento la realidad de lo que estaba viviendo y me dice que lo iba a llamar a él para que se confiese y que yo aproveche”.

Fabiana tomó una Biblia para leer y se fue hasta la entrada de la capilla, donde empezó “a correr hasta llegar a casa y pedir ayuda» a sus hermanos. «A los 15 minutos llegó él y también corrió hasta que lo agarró la policía”, agregó.

Una vez reducido, el acusado fue derivado a la Comisaría 10, donde finalmente quedó detenido a disposición de la justicia.

«Me decía que iba a ser la esclava, la puta de él, que siempre iba a ser así y que si lo dejaba, iba a matar a mi familia”, denunció.

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