Condenan al Gobierno de la Ciudad por accidente producto de una baldosa mal colocada

vereda-rota  La mujer de 63 años cayó hacia un cantero y sufrió lesiones de gravedad. Los jueces consideraron que el gobierno porteño es responsable del accidente por el mal estado de las veredas.

La Cámara Civil condenó al gobierno porteño a indemnizar con más de medio millón de pesos a una mujer que sufrió lesiones de gravedad porque se cayó tras tropezar con una baldosa que sobresalía en la vereda.

El fallo fue dictado por la Sala D del tribunal, con las firmas de los jueces Ana María Brilla de Serrat y Osvaldo Onofre Álvarez. Los magistrados resolvieron que la Ciudad pague a la vecina $550.000 por «incapacidad psicofísica sobreviniente, tratamiento psicológico, daño estético y daño Moral».

El episodio ocurrió el 24 de marzo de 2010. Ese día la mujer, que en ese entonces tenía 63 años, caminaba por la calle Helguera, cerca del cruce con Pedro Morán, cuando tropezó con una baldosa rota y levantada al menos diez centímetros de la línea del piso. Como consecuencia, la mujer cayó hacia el lado de un cantero y se fracturó el húmero izquierdo.

Los abogados del gobierno porteño adujeron que el accidente «se produjo por la culpa de la propia víctima, que vive prácticamente al lado de la vivienda donde manifiesta haberse caído». Si bien aceptaron que las autoridades deberían mantener las veredas en buen estado para evitar este tipo de acontecimientos, los letrados manifestaron que «resulta de imposible cumplimiento alcanzar el control específico de cada cuadra de la Ciudad».

Frente a esto, el tribunal -en primera instancia el juez Juan Pablo Rodríguez, y luego los camaristas- replicó que «la responsabilidad por los daños causados por el vicio o mal estado de las aceras compete al Gobierno de la Ciudad, en su carácter de titular del dominio público de tales bienes». Según el fallo -que reprodujo DyN-, el siniestro ocurrió «específicamente por encontrarse sobresalida una baldosa sobre la acera de referencia».

Como consecuencia de la caída, la señora sufrió una fractura de cuello y un tercio superior del húmero izquierdo, que debió ser tratado con osteosíntesis (placa y tornillos). Según se lee en el fallo, la mujer «quedó con secuelas en los movimientos del hombro de manera crónica e irreversible» y la cirugía a la que se sometió le dejó «una cicatriz lineal de 15 centímetros sobre el hombro izquierdo». Los jueces también consideraron que la damnificada sufrió una disminución física del 30% y daños psicológicos.

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