Bonazo denuncia que la SIDE lo amenaza por decir la verdad

e-book-BonassoEl señor Antonio Stiusso (a) Jaime o Stiles, me amenaza y me insulta en una entrevista con la revista “Noticias”, en un hecho inédito aún para este país que soporta tantas aberraciones institucionales.

En un país serio, el jefe de los servicios secretos jamás le diría “pelotudo” a un periodista, que además fue elegido diputado por el voto popular en dos períodos. Cuesta creer que la Presidenta de la República, Cristina Fernández de Kirchner –de quien Stiusso depende orgánicamente- autorice a sus funcionarios a insultar en tono barriobajero, propio de los “barras bravas” que la Secretaría de Inteligencia usa a veces para darle un violento correctivo a quienes molestan al poder.

Stiusso me amenaza con llevar mi libro a la justicia, a la causa sobre “trata”, para que aporte las pruebas que tengo en su contra y se muestra muy enojado ante el cronista que lo entrevista. En rigor me manda un mensaje encriptado: “esta vez te pasaste de la raya y me la vas a pagar”.

Mensaje tenebroso que conviene tener en cuenta. En mi último libro “Lo que no dije en Recuerdo de la muerte” relato precisamente que en enero del 2001, el entonces jefe de Contrainteligencia, el mayor carapintada Alejandro Brousson había planeado un atentado en mi contra, que sería disfrazado de incidente callejero.

Según el periodista de “Noticias”, la bronca de “Jaime” vendría de larga data, pero la verdad es que recién se manifestó públicamente este último viernes.

En mi libro “Don Alfredo” (publicado en 1999), ya había calificado a Stiusso como “el cineasta de las tinieblas”, aludiendo a sus filmaciones en lugares non sanctos, que sólo podían tener como destino la extorsión a hombres y mujeres del poder: políticos, jueces, empresarios, etc. No dijo nada entonces. No le convenía agitar las aguas.

Salta ahora por una frase nada inocente que puse en “Lo que no dije”: “el Papa sabe todo de todos”.

En un gobierno terminal que trata por todos los medios de resultarle simpático al otrora odiado cardenal Bergoglio, no queda muy prolijo que altos funcionarios de los servicios secretos, que dependen directamente de la Presidencia de la República, tengan vínculos con la trata de personas.

A Stiusso, amenazado por el creciente poder del espionaje militar del general Milani y su oscura bronca con la Bonaerense, que fusiló a uno de sus agentes más cercanos y antiguos, el “Lauchón” Pedro Viale, no le conviene para nada que se lo vincule públicamente con la trata de personas y su inevitable compañía: el narcotráfico.

Por eso le miente descaradamente al joven periodista de “Noticias” (Rodis Recalt) y le dice que no conoce a Raúl Martins, el proxeneta que se autotitula “el Yabrán de los prostíbulos” (tiene siete aquí y por lo menos uno de super lujo en Cancún), con quien estuvo estrechamente vinculado en la SIDE de los tiempos de López Rega, en la dictadura militar y, por lo menos, en los primeros tres años de la democracia recobrada.

Si fuera verdad que el Jefe de Operaciones no conociera a Martins, el “pelotudo” sería él y no yo, como él dice. Pero yo no lo voy a insultar, prefiero refrescarle la memoria: Raúl Luis Martins Coggiola, ex profesor de historia e instrucción cívica en un colegio católico allá por los setenta, se unió a la SIDE y la Triple A en la banda de Aníbal Gordon. Como agente de la SIDE usaba el nombre de fantasía Aristóbulo Manghi. Vamos, Stiusso, haga un esfuerzo de memoria: usted se tiene que acordar. Sobre todo porque su querido y ametrallado Lauchón, al que sí reconoce como agente propio, era íntimo del proxeneta Martins, (ver foto en uno de sus burdeles) y hasta le avisaba cuando algún juez le ordenaba a la SIDE pincharle los teléfonos. No me diga, Stiusso, que eso Viale lo hacía por las suyas y usted no se enteraba.

Pero usted no puede admitir la relación con “el Yabrán de los burdeles”, porque eso lo lleva de cabeza al negocio de la trata. Y al de la extorsión cinematográfica de algún que otro funcionario judicial  o político a quien habrían sorprendido (por ejemplo) con una esclava sexual menor de edad. ¿No le parece posible?

El ‘Lauchón’Viale.

Más aún: según ha denunciado Lorena Martins, la hija del proxeneta, éste le pidió al Lauchón que le sacara la molestia de encima. El finado Viale mandó a los pistoleros, que desistieron de matar a Lorena al advertir que estaba fuertemente custodiada. La hija de Martins lo llamó por teléfono al Lauchón y este admitió que había enviado a los asesinos, pero jurando y perjurando que no sabía que ella sería la víctima. ¿Usted autorizó la operación?

Es curioso “Jaime”, que usted no se enterara de que la jueza María Romilda Servini de Cubría archivó la denuncia judicial de Lorena Martins contra su padre, cuando una hija suya, Stiusso, trabaja en el juzgado. ¿No le dijo nada su hija? Es muy curioso que un espía veterano como usted no se de cuenta de lo que pasa a su alrededor. Ya lo dije: yo no pienso que usted es un pelotudo. Pienso que es un peligroso delincuente al que los Kirchner han conservado durante once años en una Secretaría que depende directamente de la Presidencia de la Nación. Con tanto poder en los juzgados como para mantener al ex ministro de Kirchner, Gustavo Béliz, procesado y en un largo exilio. Esto es lo que hay en los sótanos del proyecto “nacional y popular” (Continuará).

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