Bergoglio presidió la misa central de San Cayetano

El Arzobispo de Buenos Aires encabezó la homilía en homenaje al patrono del trabajo. Una multitud renueva su fe en el patrono de la providencia con muestras de una profunda devoción. Al inicio de este martes, se abrieron las puertas del santuario de Liniers, donde hay largas filas.

El Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, presidió la misa principal por la fiesta de San Cayetano, de la que participan miles de personas para venerar al santo del trabajo y la providencia.

No pedimos directamente ‘por favor, danos pan y trabajo°, sino ‘San  Cayetano bendecinos con estos dones; bendecí nuestra Patria con pan y  trabajo para todos°”, puntualizó el cardenal.

Insistió en que desear pan y trabajo para “todos es una bendición” y  añadió, que también lo es “el indignarse contra la injusticia de que el  pan y el trabajo no lleguen a todos”.

Bergoglio exhortó a pedirle a San Cayetano que “nos convierta en  personas que desean el bien para todos, personas que luchan y colaboran  con Jesús para que esta bendición se haga realidad”.

Señaló que “le agradecemos a Jesús el haber traído esta bendición a  nuestra tierra porque él fue el primero en desear el bien para todos,  sin exclusión de nadie”.

VENERACIÓN MASIVA

El santuario de San Cayetano comenzó a recibir esta madrugada a miles de peregrinos que, desde hace semanas, soportan bajas temperaturas y lluvias con el objetivo de acercarse hasta la imagen del santo para pedir y agradecer trabajo, poder conservarlo, o un empleo más digno.

Exactamente a la hora cero se abrieron las puertas del santuario, en el barrio porteño de Liniers, donde miles aguardaban venerar al patrono de la providencia.

En medio del tañido de las campanas y el aplauso de los presentes, el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Raúl Martín, bendijo el paso de los devotos.

«Este un momento de alegría esperado por todo el pueblo”, dijo el prelado.

La primera en ingresar fue Delia Noris Lencina, una peluquera que desde hace 28 años recorre de rodillas el trayecto desde el pórtico del templo hasta el lugar donde está emplazada la imagen el santo.

La mujer, con sombrero y cubierta por una bandera argentina, fue seguida por un grupo de personas con discapacidad en sillas de ruedas.

«Seguridad para todos, y trabajo para todos, que se abran muchas fábricas”, dijo tras tocar la imagen del santo.

Luego entró Rafael, de Tapiales, quien desde 1968 trae la misma imagen de San Cayetano, que durante el año recorre las casas de sus vecinos del oeste bonaerense.

Si bien ninguno de los sacerdotes arriesga el número de peregrinos que pasará a lo largo del día, el párroco Jorge Torres Carbonell anticipó que “si no llueve, serán largas horas de fiesta para pedir trabajo o un empleo más digno, pero también agradecer haberlo conseguido”.

Minutos antes de la apertura del santuario, la banda de la Policía Federal interpretó el Himno Nacional y hubo fuegos de artificios.
Este año la profesión de fe popular, habitual termómetro de la desocupación y la pobreza en el país, llevará por lema “San Cayetano bendecí nuestra patria con pan y trabajo para todos”.

Los peregrinos hacen dos filas ordenadas. Una que demandará más de doce horas para tocar la imagen ubicada en el costado derecho del templo, y otra que obligará a esperar al menos seis horas para verlo de lejos.

Hasta las 23:00 hs. se oficiarán misas a cada hora desde el altar levantado sobre la calle Cuzco. También habrá bendiciones de objetos y se recibirán alimentos no perecederos y ropas para la Cáritas parroquial.

La misa central será presidida, a las 11:00 hs., por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio.

En los alrededores, se venden velas, imágenes, estampitas y la tradicional espiga de San Cayetano.

Unos 1.500 voluntarios laicos, 200 sacerdotes y 800 scouts asistirán a los  peregrinos y repartirán pan, caldo y mate cocido.

Esta devoción popular también se repetirá en las 45 parroquias del país que llevan el nombre del santo del pan y del trabajo.

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