Benicio Gutiérrez, ¿pantera o gatito?

juramento-de-PanteraEl juramento de Benicio Gutiérrez como Subsecretario de Políticas Sociales hace unos pocos días, me hizo ruido por muchos motivos, por un lado he conocido a «pantera» como concejal opositor y me ha tocado ver su trabajo por los más necesitados, el trato con la gente y especialmente la confianza que muchos vecinos tienen en él.

Por todas esas cosas uno suele sentir aprecio cuando hay un político que parece tener sensibilidad y criterio, incluso no me terminaba de cerrar su acercamiento al ex concejal Jorge Gamarra quien carecía de muchas virtudes y educación, lo que lo transformaba en uno de los impresentables de la política local.

Todo ese interés por hacer las cosas bien, por preocuparse por la salud, la seguridad y otras cuestiones de los vecinos, parece que en el mejor de los casos entrarán en una espera mientras ocupe su cargo de subsecretario, son estas las cosas de la política que no son sencillas de entender y que a simple vista parecen afectar al honor de quien es capaz de saltar a la vereda de enfrente y no solo caminarla sino ir de la mano del tipo al que se criticaba.

Benicio Gutiérrez hoy se suma a esos políticos que no resisten el archivo, habla con loas de un intendente al cual se cansó se acusar y fustigar por la posición política y por la forma en que ejecuta su cargo, no se puede creer en alguien que un día acusa a Ferraresi de casi todos los males de Avellaneda y luego lo endiosa como un héroe de la resistencia, porque Ferraresi la única resistencia que puede conocer es la de un calentador.

Personalmente prefiero al «pantera» de barrio, ese que tiene códigos, que su preocupación por la salud de los vecinos es genuina y no una forma de hacer política, prefiero el político que quiere la seguridad de sus vecinos y un mejor barrio, antes que el funcionario que ahora guarde silencio sobre algunos punteros políticos.

Las únicas panteras domesticadas que he visto son esas que llevan collares de brillantes y son un objeto más de exhibición de adinerados mafiosos, de los que necesitan mostrarles al resto que ellos pueden tener o comprar lo que quieran.

Dicen que la necesidad tiene cara de hereje, espero no sea este el caso.

 

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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