El asesinato de Uriel Álvarez Alves, argentino de 39 años, apodado «el Uruguayo», miembro del sector de la barra de Arsenal denominado «La Mafia», puede ser el quiebre de una red de corrupción ya que en realidad según investigaciones previas su medio de vida era el delito en las modalidades secuestro exprés, robo y extorsión, a pesar de que sus actividades fueron expuestas públicamente por la Revista Noticias el 24/07/2011 bajo el título «El Conurbano tiene nueva Superbanda», siguió actuando con total tranquilidad por las zonas de Lanús y Avellaneda.
El domingo 10 de enero, en la intersección de las calles Estanislao del Campo y Lamadrid, según las primeras versiones periodísticas y policiales, «El Uruguayo» había ido al domicilio de su ex pareja de nombre Carolina y discutido con el hombre que ahora se encontraba con ella, discusión que terminó cuando Uriel recibió un disparo, siendo trasladado de urgencia al Hospital Pedro Fiorito, donde fue intervenido quirúrgicamente, para luego fallecer.
Lo inexplicable de este hecho es que el medio Inforegión publica declaraciones del Jefe de Operaciones de la Dirección Departamental de Investigaciones, Comisario Gregorio Martínez, el que refiere que existió una discusión para agregar, “Álvarez estaba separado de su mujer y al parecer, ella estaba con otro muchacho. La cuestión es que fue a buscar a su hijo al domicilio de Lamadrid y Estanislao Del Campo, habló con su ex suegra y ahí salió esta persona y discutieron”, comentó.
Tras la discusión, “el novio de su ex pareja le disparó en el pecho a Álvarez”. “Esto sucedió el sábado a la tarde. Lo llevaron a Álvarez al hospital Fiorito, pero falleció esa misma noche”, aseguró.
Con estas declaraciones Gregorio Martínez, demuestra que o compra pescado podrido o gusta de las declaraciones en los medios de forma irresponsable, dejando en quienes conocen algo del tema una sospecha de encubrimiento respecto de quienes son los involucrados en los hechos que se investigan y que van más allá de una cuestión sentimental.
El principal sospechoso según las primeras investigaciones fue identificado como «Pinocho», quien no es un desconocido del asesinado Uriel, como anticipamos la Revista Noticias ya había hecho referencia a la banda de delincuentes describiendo a cada uno y señalando el rol que estos cumplían, el líder de esa Superbanda era Javier Belizán alias «Pinocho», quien llevaba una vida de rico producto de los hechos criminales de la banda, su pantalla era la de ser un prestamista y la banda creció económicamente pasando a llamarse «Los Talibales», el resto lo pueden leer en la nota mencionada.
Uriel alias «El Uruguayo», era el principal recaudador de «Pinocho» y uno de los jefes de la misma, curiosamente la justicia y la policía nunca profundizaron la pista de corrupción y encubrimiento policial, tal vez porque muchos de los delincuentes comunes que se cobijan en la barra de Arsenal tienen contactos políticos como ya lo había señalado en otras publicaciones, a nivel local son muchas las denuncias de vecinos que mencionan saber fehacientemente que los «protegen», desde contactos con la AFA del fallecido Julio Grondona, pasando por políticos locales como también lo advertimos el actual concejal y vicepresidente del HCD de Avellaneda Héctor Villagra el cual cuenta entre su patota de la UOCRA con barras que nunca tocaron un ladrillo de la construcción.
Pero para sostener esta impunidad, que transforma a cada vecino en una potencial víctima de delitos, donde no faltan usurpaciones, venta de drogas, trata y lo que deje dinero es necesario además de los políticos y la policía, tener asegurada la complicidad de funcionarios judiciales del Polo de Avellaneda, creer que su instalación en el partido fue pensando en agilizar los trámites para los vecinos es ser muy ingenuo, incluso algunos miembros de las barras locales tienen familiares en oficinas del mencionado polo judicial.
Combatir el delito desde los discursos es más de lo mismo, el pueblo votó un cambio, que no se puede llevar adelante manteniendo estructuras viciadas de corrupción, no se puede esperar ningún cambio si algunos de los involucrados se van «acomodando» para ascender en su ámbito de trabajo negociando poder.
A Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y el resto de los que nos dicen que van a combatir la droga y el delito, es necesario decirles que van por mal camino si creen que esto se soluciona manteniendo las estructuras corruptas, si creen que el delito se combate con allanamientos en villas o viviendas de los peones, las investigaciones judiciales no pueden terminar en la detención de los que arman «kioscos» para vender y satisfacer su adicción o en policías de baja jerarquías, hace mucho tiempo que no hay funcionarios judiciales procesados, cuando todos sabemos que la Justicia está sospechada de ser una de las instituciones más corruptas, el único cambio posible si es real lo que prometen, viene de asumir con seriedad el compromiso público, de contar con asesores que conozcan la problemática, pero fundamentalmente si ustedes tienen el valor de enfrentar la corrupción.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
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