Argentina, el emergente que más se endeudó para gasto corriente y fuga de capitales

  Un informe del Observatorio de la Deuda Externa de la UMET reveló que la Argentina es el país emergente que en los últimos 20 años emitió más bonos para financiar gasto corriente y fuga de capitales.

«Con la asunción del nuevo Gobierno, se retomó el antiguo modelo de crecimiento económico basado en el endeudamiento externo y la valorización financiera, que rápidamente revirtió las mejoras alcanzadas sobre los indicadores de la deuda pública», destacó el documento.

Con los números de octubre de 2015 en la mano, se estima para 2016 una suba del 14,5% en el stock de deuda pública y, en simultáneo, se proyecta para la misma fecha un ratio de deuda pública sobre PBI del 54,8%, lo que implica un incremento de 11,3%.»Evidentemente, la nueva deuda está actualmente financiando la salida de divisas en el corto plazo, cuando en realidad ésta debería direccionarse a destinos que generasen las condiciones futuras para el repago de la misma», aseguró el reciente estudio de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET).

«Sin incrementos en la capacidad exportadora futura, y una vez obstaculizadas las posibilidades de rollover de la deuda, el ciclo de crecimiento económico basado en la lógica del endeudamiento externo se convertirá en una trampa que podría nuevamente poner en jaque nuestra economía», advirtió.

Según el trabajo, entre diciembre de 2015 y noviembre de 2016 se fugaron al exterior u$s 23.526 millones, al mismo tiempo que el país emitió deuda por u$s 48.343 millones y las reservas internacionales del Banco Central aumentaron u$s 13.417 millones.El director del ODE, el economista Arnaldo Bocco, consideró que tras la llegada de Cambiemos a la Casa Rosada se inició un «cambio sustancial» en la estrategia de administración de la deuda, que empujó un endeudamiento en un año equivalente al 54,8% del PBI. «El principal objetivo fue colocar deuda en el extranjero o a inversores externos», afirmó.

El rector de la UMET, Nicolás Trotta, pone el foco en el destino final de los dólares que ingresan al país. «El factor que representa uno de los mayores desafíos para la gestión económica en la actualidad, en un contexto de presunción de ‘recuperación de la confianza’ externa e interna, es decisivamente la fuga de capitales», sostuvo.

El informe señaló que la administración anterior dejó «bajos niveles de endeudamiento» como herencia, pero remarcó que tras el pago de u$s 16.383 millones los fondos buitres se renovó el acceso al financiamiento externo y la gestión de Mauricio Macri, las provincias y algunas empresas «se volcaron a emitir deuda en moneda extranjera de forma masiva». «La Argentina se ha endeudado en moneda extranjera y en pesos con tenedores externos por de u$s 48.343 millones, de los cuales tan sólo el Tesoro Nacional es responsable de u$s 35.543 millones», aclaró el análisis.Según datos oficiales, desde el cierre de 2015 hasta el 26 de diciembre de 2016, cuando se publicó el último dato, las reservas crecieron u$s 13.417 millones. «Tomando toda la deuda emitida durante 2016, más el monto considerado como fugado al exterior (adicionándole los intereses), se puede afirmar que aproximadamente 70% de los compromisos en moneda extranjera y lo asignado a inversores externos se utilizó para financiar la fuga de capitales», sostuvieron desde el Observatorio.

El ODE indicó que la fuga se dio por la formación de activos externos, la remisión de utilidades y los gastos por el turismo internacional. «En el primer año del actual Gobierno la fuga de capitales aumentó 72,1% respecto del año previo. La retórica de la confianza no terminó de convalidarse en la realidad, sino todo lo contrario», explicó Trotta.

Pero en la UMET creen que la cantidad de divisas giradas al exterior puede ser más alta. «La creciente extranjerización de la deuda genera un cada vez mayor flujo de dólares hacia el exterior por la cuenta de intereses. Si adicionalmente se incluye el pago de estos, la suma asciende hasta los u$s 35.492 millones», expresaron. Con esa cifra, la fuga en un año sería 82,7% más elevada que en 2015.

En este marco, resaltaron que si se toma el ratio de fuga de capitales sobre el nivel de reservas del Central, se observa que mientras que el ratio promedio para el período enero-noviembre de 2015 fue de 3,9%, éste índice sube 2,1% hasta 6% para igual período de 2016. «El ratio asciende a 6,4% cuando se toma el período completo desde diciembre de 2015», alertaron.Bocco no tiene un panorama distinto para 2017. «Si se tienen en consideración los anuncios de la reducción adicional a las retenciones a la soja y el débil comportamiento fiscal de la recaudación así como los fondos transferidos al sector rural, el 2017 será inevitablemente financiado con mayor endeudamiento externo y bajo leyes y jurisdicciones extranjeras», manifestó.Asimismo, el jefe del ODE alertó por el encarecimiento del crédito para el país tras la asunción de Donald Trump. «Abulta aún más los riesgos de sobre exceso de deuda en un mercado internacional que sin dudas será más amarrete tanto como más caro por la elevación de las tasas aplicadas por la FED».

Trotta lamentó que los créditos no se hayan volcado al fomento de una industria nacional más potente. «Asistimos una vez más a una experiencia dramática de un ciclo de endeudamiento no sustentable, como ha pasado sistemáticamente en nuestra historia, lo que traerá aparejados costos sociales demasiado elevados», enfatizó.

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