Antes un dúo, hoy un trío del humor, Jorge, Huguito y Jorgito

Jorgito-ChirolitaCuando uno debe leer casi semanalmente las declaraciones de algunos funcionarios o políticos del partido de Avellaneda, y especialmente los del oficialismo, es difícil no pensar en esos dúos cómicos de antaño, especialmente en Chasman y Chirolita, donde el muñeco solía ser la voz de las ideas del ventrílocuo que se desentendía de lo que el muñeco aseguraba era la verdad. Hoy hay tantos títeres en la política que podemos fácilmente encontrarnos con tríos, como el caso de Jorge, Huguito y Jorgito, que de no ser porque sus sueldos y «negocios» desde la gestión como la de sus funcionarios sale de los impuestos que pagamos todos los vecinos, muchas de sus declaraciones parecerían chistes.

Desde que asumió su banca como concejal por el FpV, y como premio consuelo preside el bloque (algo que le duele por no presidir el HCD) Jorge Degli Innocenti, se ha ido poco a poco transformando en el vocero político de la gestión del intendente Jorge Ferraresi, un trabajo que debe ser sumamente desgastante ya que el concejal parece estar poseído por «Chirolita» ya que quienes lo conocen en la intimidad de su entorno saben muy bien cuáles son sus opiniones respecto a la gestión y la forma de llevar adelante el municipio, que no tiene nada que ver con las declaraciones en la prensa, especialmente de los medios con pauta del municipio, ya que suele el edil esquivar hacer declaraciones en los medios independientes.

En lo personal no tengo muy claro los motivos por los cuales un político con tantos años, con agrupación política propia y una estructura, se presta a un juego que además de ser denigrante, lo desgasta con cada declaración desafortunada en la que los dichos terminan siendo desmentidos a la brevedad, como cuando aseguró que Avellaneda no tiene problemas de inseguridad, que las estadísticas estaban por debajo de otros municipios dando como ejemplo Quilmes, tal vez mal asesorado describía en la nota una Avellaneda segura, mientras 24 horas después la propia Procuración General de la Corte Bonaerense, ubicaba al municipio de Avellaneda como uno de los más inseguros, violentos y peligrosos, solo superado por Lomas de Zamora.

Hoy con el ejemplo de Quilmes y 3 de Febrero, el intendente Jorge Ferraresi plantea la necesidad de municipalizar la recolección de residuos, algo que quienes recorremos el Palacio Municipal y el Concejo Deliberante ya teníamos como uno de los objetivos de la gestión, los argumentos que siempre públicamente parecen impecables, porque lo que se defendió en su momento como bueno, ahora resulta que es malo y caro, no deja de ocultar una lucha de dinero por lo que es el manejo de la basura, uno de los negocios millonarios presente en casi todos los gobiernos.

Aunque aún nadie reconoce que desde el ejecutivo ya hay una decisión tomada de no renovar el contrato con la empresa recolectora, lo cierto es que ya comenzaron los «acuerdos» entre el bloque del oficialismo y algunos concejales de la «oposición», los que podrían acompañar el proyecto recibiendo a cambio algún beneficio.

Existen muchas dudas respecto a la forma en que se llevará adelante el proceso y los costos, también existen reticencias desde algunos sectores, ya que no hay que olvidar que tanto el intendente como funcionarios de su entorno se encuentran salpicados por algunos procesos poco claros en la limpieza del Riachuelo.

El plan de la gestión que conduce Ferraresi es muy claro, administrar el poder en el HCD, y acaparando todo lo que pueda generar excelentes negocios, que reciba subsidios millonarios, pero por sobre todo que sea de largo alcance y sin controles. Con su Hugo Barrueco como presidente del Concejo Deliberante, su hombre de confianza y socio en algunas de sus empresas, más Degli Innocenti, presidiendo el bloque del oficialismo, todo es más sencillo.

La inexplicable mutación de Jorge Degli Innocenti de ser la voz de la gestión, de incluso defender funcionarios que el mismo critica y aceptar ser una especie de «Chirolita» sin filtro, es sin lugar a dudas el mejor indicador de que se ha terminado una etapa y lo mejor es retirarse antes de dejar el honor y la dignidad.

 

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

 

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