Alerta por una nueva forma de tráfico de drogas en containers

droga-container-puertoLos narcos buscan en el Puerto contenedores que ya hayan pasado por Aduana, los abren y meten bolsos con cocaína. Siempre tienen la complicidad de funcionarios. Ya se detectaron al menos 7 casos.

El martes parecía un día normal en la Terminal 4 del Puerto de Buenos Aires. Cientos de contenedores esperaban ser cargados en los buques para iniciar su viaje a Europa. Entonces el inspector de Aduana lo vio: alguien había violado los precintos de un contenedor lleno de granos que estaba a punto de iniciar su recorrido hacia España. Además, el container en cuestión había sido colocado demasiado cerca de otro que contenía productos refrigerados como si, a propósito, se hubiera intentado obstaculizar la visión de los inspectores.

El funcionario dio la alarma y el container sospechoso fue pasado por los escáners, aunque poco antes ya había cumplido con este control. La nueva revisión detectó unos bultos extraños. Entonces se descubrió que, luego del primer escaneo, alguien había metido en el container cuatro mochilas repletas de droga. En total se decomisaron 54 kilos de cocaína.

La investigación quedó a cargo del fiscal en lo Penal Económico Emilio Guerberoff y el juez Alejandro Catania. Fue el caso más reciente de una modalidad de tráfico conocida como “gancho ciego” o “rip off”, que es furor en Europa y que viene creciendo en la Argentina. Desde el año pasado hasta el martes último se detectaron 7 embarques similares.

En nuestro país el boom empezó en 2013, cuando desde España, Holanda e Inglaterra se alertó a las autoridades argentinas sobre el decomiso de este tipo de cargamentos contaminados que habían tenido como origen el Puerto de Buenos Aires (ver Los casos…).

Para hacer un envío de “gancho ciego”, los narcos no necesitan importantes infraestructuras de logística, ni crear empresas fantasma para ocultar la droga entre mercaderías legales de exportación, como ocurre con los grandes cargamentos que se mueven por mar. Lo único que se requiere es la complicidad de empleados o funcionarios infieles en los puertos de salida y arribo de la droga.

La modalidad es tan efectiva como sencilla: una vez que el container ya fue revisado por la Aduana y está a punto de ser subido al barco, el empleado infiel lo abre, mete bolsos o mochilas llenos de cocaína y lo vuelve a cerrar con precintos mellizos a los originales.

La empresa exportadora es totalmente ajena a la maniobra. De allí el nombre de “gancho ciego”: en la jerga carcelaria, así se llama a quien presta ayuda ( gancho ) para cometer un delito sin saberlo (actúa ciego ). La denominación en inglés –“rip off”– es un modismo que significa “engaño” o “estafa”.

“Generalmente dentro de alguno de los bolsos va un juego extra de precintos, para que quien lo reciba en el puerto de llegada pueda sacar la droga y volver a sellar el contenedor sin que la operatoria sea detectada, antes de que lo revise la aduana de destino. Para que el cómplice la encuentre, el que mete la cocaína en el puerto de salida le saca una foto al container y luego se la envía para que sepa exactamente dónde buscar”, explicó a Clarín una fuente judicial.

En casi todos los casos las bandas eligen containers de empresas con prestigio o que exportan mucho. La droga viaja junto a sus mercaderías como polizón. El costo de la operación se reduce a la coima para los que meten y sacan la droga. Y si la cocaína es detectada por las autoridades, es casi imposible seguir la huella de los traficantes.

La técnica sólo tiene una contra: sirve para envíos más pequeños que los cargamentos interoceánicos tradicionales, que suelen ser de varias toneladas y para los que sí se requiere de empresas fantasma. En estos casos, los envíos son más chicos: no superan los 400 kilos.

“El empleo del denominado ‘gancho ciego’ o ‘rip off’ gana cada año más terreno con respecto al enmascaramiento de cocaína entre la carga transportada”, sostienen los expertos del Programa de Cooperación entre América Latina y la Unión Europea en Políticas de Drogas (COPOLAD).

Solo en España, durante 2012, el uso de “gancho ciego” representó el 68 %de los casos detectados de tráfico en containers, según establecieron los expertos de la COPOLAD. La modalidad y a llegó a la Argentina.

 

Fuente: Clarín

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