Alejandro Granados y una disculpa a medias

Alejandro-Granados«Devuelvan la plata que se robaron», gritó un asistente al Teatro Municipal, ubicado dentro del Centro Cultural ‘Amigo Néstor’, en Ezeiza, lo que provocó la reacción del ministro de Seguridad bonaerense.

Durante la jura de los concejales que fueron electos el pasado octubre, en la que participó el actual ministro de Seguridad, intendente en uso de licencia, se produjo una inusual disputa verbal entre él y uno de los asistentes, quien fue duramente increpado por el funcionario.

«Devuelvan la plata que se robaron», se escuchó gritar a uno de los asistentes, mientras el resto de los presentes comenzaron a abuchearlo. Sin embargo, el primero que intentó calmar las aguas fue el presidente del Concejo, Edgardo Amarilla, quien advirtió: «Si tenemos agresiones, los hago retirar de la sala, vinimos a una fiesta de la democracia».
«Cada uno de nosotros ha sido electo por el pueblo, el pueblo nos puso en este lugar. A la persona que no esté de acuerdo, lo invito a retirarse y por sobre todas las cosas mantengamos el respeto», continuó Amarilla. Pero no quedó todo allí.
Rápidamente, el actual ministro Alejandro Granados tomó el micrófono y comenzó a vociferar: «Y al que dijo la estupidez esa no lo invito a retirarse, lo invito a esperarlo ahí afuera. Al boludo ese lo espero ahí afuera. Pedazo de mogólico».
«Parate, a ver, parate, el que dijo eso que se pare», continuó el reto de Granados, en medio de la ovación del resto de los presentes. «Ahora te voy a buscar, ahora te voy a buscar», aseguró mientras señalaba hacia un sector de los asistentes, según la filmación a la que tuvo acceso QMnoticias.
Mientras todo ello sucedía, la diputada nacional reelecta Dulce Granados se paró para aplaudir a su marido y para señalar al presunto autor del insulto, quien fue retirado de la sala.

Más tarde, Granados expresó, mediante un comunicado, sus «más sinceras disculpas» por sus «infortunadas» palabras. «En un momento de enojo mis palabras estuvieron fuera de lugar y fueron ofensivas hacia quienes sufren algún tipo de enfermedad mental y jamás pudo haber sido esa mi intención», manifestó. Nada dijo el ministro de las amenazas al militante y de la forma incorrecta en la que se expreso, el silencio del Gobernador Daniel Scioli o del vicegobernador Gabriel Mariotto no son un buen síntoma de transparencia y eficacia en la gestión de los funcionarios.

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