Al Cholo García y Hernán Doval se les terminó el relato

Al Cholo García y a Hernán Doval, parece que se les terminó el relato y aunque puertas afuera se muestran fuertes y sin preocupaciones, la realidad es que ambos dirigentes sindicales que suman cargos, sindicato, federación y confederación, según pasan los días van perdiendo apoyo, uno de sindicatos municipales y otro de trabajadores municipales de Avellaneda.

La estrategia de polarizar la «lucha» contra el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi de Hernán Doval desde el STMA, no ha tenido los resultados esperados y a pesar de las denuncias contra SUMA y UPCN de Doval, ex socio de Ferraresi no pudieron mejor la imagen entre los municipales.

Pero la bomba que sacudió al STMA, vino de la mano de la creación de la Agrupación de Trabajadores Municipales 17 de noviembre que conduce el ex Secretario Gremial Walter Fariñas, que renunció a su secretariado para continuar su actividad sindical dentro del sindicato pero con una agrupación propia ante las irreconciliables diferencias con Hernán Doval, muchas de esas diferencias por el desconocimiento de Doval de las necesidades de los trabajadores y su línea de conducción del sindicato priorizando su comodidad y administración del mismo.

Uno de los mejores ejemplos de la falta de coherencia de un dirigente que dice representar a los trabajadores es sin dudas la adquisición para viajar con dinero del sindicato de una camioneta Mercedes Benz Vito, con un valor que ronda los 40 mil dólares dependiendo del equipamiento y que tiene un elevado costo de mantenimiento, con el dólar actual, estamos hablando de un vehículo de un valor en pesos de más de 1.000.000, cuando después regatean la asistencia por ejemplo a un afiliado por fallecimiento que recibe unos $1.500 un monto ridículo.

La falta de transparencia durante años en la administración del STMA le ha permitido a muchos vivir con comodidad económica a diferencia del resto de los trabajadores, es muy lindo usar la oratoria que es la casa de los trabajadores y que defienden sus derechos y bienestar, cuando la realidad es que las condiciones de los trabajadores municipales y su remuneración deja mucho que desear, la realidad es que siempre se pelea por los aportes que recibe el sindicato, mientras que los servicios prestados a los afiliados dejan mucho que desear.

Las distintas oficinas del municipio y el propio Palacio Municipal muestran que los trabajadores quieren un cambio, un cambio al que la conducción se opone incluso utilizando artilugios que los muestran como lo que son, por caso negarse a recibir las cartas documentos de sus afiliados es un mal signo.

 

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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